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Lucas Pratto River Boca Final Copa Libertadores Madrid 09122018Getty Images

La compra más cara, goles históricos, sequía y adiós por la puerta de atrás: así fue el paso de Lucas Pratto por River

Mientras esperaban en la tarima, especialmente armada en el centro del campo de juego del Monumental, a que Leonardo Ponzio recibiera el trofeo de la Recopa Sudamericana de manos de Alejandro Domínguez, los jugadores de River en conjunto se formaron en línea, cruzaron sus brazos a la altura del pecho y miraron hacia el frente para la foto, imitando el festejo de gol que Lucas Pratto había inmortalizado para siempre el 9 de diciembre de 2018 en la final de la Copa Libertadores frente a Boca en el Santiago Bernabéu. El #ModoOso había llegado a su punto máximo.

A tres años y medio de su llegada, por la que pagaron 14 millones de dólares a Sao Paulo para ser la compra más cara de la historia del club , el Oso dice adiós de forma definitiva este 19 de julio, después de firmar la rescisión de contrato a cambio de una deuda, mientras sigue la recuperación de una grave lesión en el tobillo sufrida cuando intentaba recuperar algo de su fuego sagrado en Feyenoord, al que se había ido a fines del 2020 en busca de la continuidad perdida en el Millonario y terminó de la peor forma, con una fractura de peroné y rotura de ligamentos del tobillo en el mes de mayo. 

Su paso por Núñez no fue siempre feliz. Aquella celebración que los hinchas habían vuelto viral con fotos, videos, máscaras y todo tipo de merchandising era ahora parte del plantel, que aquel 30 de mayo de 2019 disfrutaba de una nueva consagración, la décima del ciclo de Marcelo Gallardo, luego de derrotar 3-0 a Athlético Paranaense con goles de Ignacio Fernández, Matías Suárez y, justamente, Pratto. Nadie podía imaginarse que, luego de aquel tanto para el 2-0 parcial, iniciaría una racha sin convertir que alcanzó los 481 días, más allá de los más de seis meses que estuvo suspendido el fútbol en Argentina por el coronavirus.

River Athletico Paranaense Recopa Sudamericana 2019AFP

Tras aquella final frente al equipo brasileño, en el que fue el último partido oficial del conjunto de Núñez en la temporada 2018/19, se supo que el delantero arrastraba desde hacía un mes una fisura en el hueso sacro de la espalda y que había preferido no frenar pese a los dolores, para poder estar a disposición de Marcelo Gallardo en el cierre del semestre. Una decisión que pagó durante el resto del 2019 y lo que se jugó de este 2020 antes del freno por la pandemia: por culpa de aquella lesión, Pratto no pudo realizar con normalidad la pretemporada de mitad del 2019, nunca logró recuperar su mejor forma física y empezó a perder cada vez más terreno en la consideración de un entrenador al que no le importa el peso de los apellidos, sino los rendimientos.

Desde aquel duelo frente a Paranaense, el Oso había disputado 34 partidos (20 por la Superliga, 9 por la Copa Libertadores y 5 por la Copa Argentina) sin lograr anotar ni siquiera una vez. Un dato alarmante, que de todos modos se relativizaba al considerar que, de todos esos encuentros, sólo en nueve fue titular y apenas en dos estuvo en cancha durante los 90 minutos (derrota 1-0 frente a Talleres en el Monumental, el 25 de agosto de 2019, y el 0-3 ante Liga de Quito en Ecuador en 2020).

A esta racha negativa hay que sumarle, además, el error que cometió sobre el cierre de la final de la Copa Libertadores del año pasado en la jugada que terminó en el empate transitorio de Flamengo. Una acción que, según confesó el propio jugador, todavía le trae dolores de cabeza: "Son momentos que intento no volver a mirarlos porque me hacen mal, me hacen daño. No está bueno. Estuve muy mal cuando llegué al hotel ese día, estuve llorando y la pasé muy mal", contó hace un par de meses, en diálogo con Perfil Bulos. En la entrevista, Pratto también reveló qué fue lo que le dijo el Muñeco en el vestuario mismo del Monumental de Lima: "Vos le diste a la gente de River lo más importante de su historia. No tenés que reprocharte nada". Por eso, aunque el #ModoOso se hubiera apagado, los hinchas seguirían esperando para volver a gritar sus goles, sin reproche alguno.

Durante la suspensión por el coronavirus, su futuro en el club era una incógnita, con declaraciones cruzadas entre su representante y D'Onofrio incluidas , pero el propio Gustavo Goñi modificó su postura, al asegurar que "Lucas tiene contrato hasta 2022 y lo va a cumplir, es feliz en River". 

El pasado jueves 4 de junio, el atacante celebró su cumpleaños número 32 y luego del saludo más formal, la cuenta de Twitter de River eligió su gol preferido en el equipo de Gallardo: el empate transitorio en La Bombonera , en la ida de la final de la Copa Libertadores, gritado por cada una de las almas millonarias que celebrarían el título logrado un mes más tarde en Madrid..

El esperado desahogo llegó finalmente en Lima, la misma ciudad de aquella derrota ante Flamengo, aunque esta vez en un escenario distinto y un contexto diferente: con el partido absolutamente liquidado contra Binacional, Gallardo lo llamó para reemplazar a Matías Suárez y logró marcar el quinto y el sexto de la amplia goleada, que más allá de decorar un resultado abultado, le permitió cortar con 16 meses de sequía.

Durante esos tres meses desde que se había reanudado la competencia argentina, había jugado solamente 545 minutos, divididos en 490 en la Copa Diego Maradona (seis veces titular pero junto al equipo alternativo) y solamente 55 en Copa Libertadores, en todas las ocasiones ingresando desde el banco de suplentes. Además, había convertido apenas cuatro de los 26 en total que logró con la banda roja.

Sin lugar en el equipo, ya superado por las apariciones de juveniles como Federico Girotti, decidió marcharse a recuperar continuidad al fútbol holandés. ¿Su paso por el equipo de Rotterdam? Apenas ocho partidos jugados y solo tres como titular, 260 minutos, sin goles y una lesión que le demandará en total seis meses de rehabilitación. Su futuro ahora es una incógnita: volver a Vélez, a Atlético Mineiro o a Gimnasia, por un pedido familiar. Mientras tanto y aunque el adiós de River sea de esta manera, por la puerta de atrás, su lugar en la historia del club nunca podrá perderlo.

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