ENTREVISTA EXCLUSIVA
El Real Madrid recibe este miércoles a la Juventus en un partido entre legendarios campeones que sin embargo ha quedado algo descafeinado. Y es que el 0-3 de la ida en Turín ha dejado la clasificación para semifinales prácticamente vista para sentencia. A cambio, el encuentro en el Allianz Stadium sirvió para proyectar dos potentes mensajes al planeta fútbol. “El otro día el Real Madrid consiguió un gran resultado, y fue la demostración de lo que es capaz un jugador: de influir por sí solo en lo que pasa en un partido. En el Madrid tenemos la suerte de tener a Cristiano Ronaldo con nosotros”, dice a Goal Manolo Sanchís, que no es sino el tercer jugador con más partidos en toda la historia del club blanco (710) tras dieciocho temporadas de blanco y veinticuatro en total en el club madridista.
Al mítico central blanco le ilusiona la actual edición de la Champions League, no sólo por lo visto en Turín sino también en París. Aunque, al igual que dijo Zidane en rueda de prensa tras el derbi, cuando escucha hablar de favoritismos prefiere tirar de cautela. “La Juventus demostró durante 70 minutos que era un gran rival hasta que llegó ese segundo gol y la expulsión. Tenemos un resultado magnífico que, junto con lo que ocurrió en octavos, por supuesto que convierten al Real Madrid en candidato muy serio a ganar la Champions. Pero hay que tener respeto al partido de vuelta. Ya veremos en semifinales”, explica con un ojo analítico forjado tras tantos años de profesional, y un verbo que todavía ha venido afilando más como comentarista deportivo en los últimos años.
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En tantos años, sin embargo, raro habrá sido si ha visto un gol como el que marcó Ronaldo en Turín una semana atrás, con esa majestuosa chilena. “Se juntan muchas cosas en ese gol”, explica Sanchís. “Primero, ese gesto a la altura a la que coge el balón en un jugador tan grande y con tanta coordinación hacen de la jugada algo especial. Pero es que además ocurre donde ocurre: ante la Juventus, frente a Buffon, y con ellos apretando y 0-1 en el marcador. Es un gol importante en un momento importante, y en el mejor sitio donde conseguirlo”. Su reacción en los estudios de radio donde lo vio en directo, lo dijo ya todo por él. Y no fueron pocos los que, tras esa chilena, quisieron participar del juego de reubicar al ‘7’ en el ránking histórico de futbolistas. ¿Al nivel de Di Stéfano, por ejemplo?
“Las comparaciones son muy odiosas”, comienza Manolo. El apellido Sanchís no sólo tiene un peso en la historia del Real Madrid por Manolo, sino también por su padre Manuel [213 partidos en 7 temporadas de blanco], quien jugó hasta el año 1971. No coincidió con Alfredo Di Stéfano en el vestuario merengue por muy poco, pero lógicamente en su familia vivieron muy de cerca la revolución que trajo consigo La Saeta. “Yo he tenido en 18 años de profesional a grandísimos compañeros. Los que estoy viendo como espectador y los que vi en su momento de pequeño también. Imagina cuántos he visto. Y ahora pensar en que uno va a ser mejor que otro, ¿por qué? ¿En qué nos basamos? Está claro que Ronaldo está entre los grandes de la historia del club y de este deporte. Pero ya decir si mejor o peor que Di Stéfano, o mejor o peor que Butragueño, Amancio… Cada uno tiene su espacio, y nadie puede quitar el espacio de los demás”, explica Sanchís, quien además fue integrante clave de la Quinta del Buitre, una de las mejores generaciones que dio el Real Madrid y el fútbol en toda su historia.
De ahí también que, con ese historial, le resulte complicado aceptar un ránking con los Cinco Grandes del fútbol mundial, que bien podrían ser siete ya con Cristiano y Messi en la actualidad. “Eso es otra discusión que nos sienta a todos bien. Pero si empiezas a mirar a lo largo de la historia del fútbol, no salen menos de 50 cracks. ¡Cincuenta! Indudables. De mi generación se habla de Maradona, pero es que ahí estaba Van Basten. Y estaban muy cerca el uno del otro. Dicho esto, por supuesto que Ronaldo está en la élite mundial… en la que hay un montón de jugadores porque llevamos mucho tiempo jugando al fútbol”, puntualiza sin querer aplicar el filtro a cinco, siete o más futbolistas históricos.
Donde sí se moja es a la hora de intentar explicar el gen competitivo en la Champions y cómo es posible que el Real Madrid esté a quince puntos de distancia del liderato en La Liga mientras que en Europa está barriendo a los campeones de Francia y de Italia sin discusión. “Es algo que los nuevos inversores en este deporte, gente que viene de ser muy exitosa en otras actividades empresariales, no acaba de entender. Están acostumbrados a que se puede comprar prácticamente todo con el dinero. Pero esto no. No se pueden comprar los 116 años de historia que tiene el Real Madrid, ni el poso que han ido dejando tantos jugadores en el vestuario, ni la línea genética que llega a los Ramos-Cristiano desde la época de Di Stéfano-Kopa… No se puede comprar. Y eso es lo que te hace, en ciertos partidos, aparecer. Y el señor que está al otro lado con el talonario se preguntará: ¿y eso cómo se compra? Pues no se puede, lo siento”, analiza Sanchís, quien fue protagonista de la Séptima Champions League después de 32 años de sequía merengue en Europa.
Tal y como reconoce, aquel pudo ser uno de los momentos clave en la historia moderna del Real Madrid y, por supuesto, uno de sus momentos más felices como futbolista. Además, fue precisamente la mejor demostración posible de ese histórico poderío merengue en Europa, puesto que esa temporada en la que fueron campeones de Champions habían quedado cuartos en España, fuera de los puestos de acceso a la máxima competición europea. Con semejante balance en La Liga, el favorito en el Amsterdam Arena era el rival, precisamente esta misma Juventus. En 1998 no estaba Gianluigi Buffon todavía, pero casi. Llegó a la Vecchia Signora en 2001 procedente del Parma, y sólo ahora, ya con 40 años, parece que el mítico portero italiano podría cerrar su carrera este verano. Y podría despedirse por tanto de la Champions League precisamente en el Santiago Bernabéu este miércoles.
“Buffon es un tipo de esos que mola. Mira que lo vivimos en la distancia, porque siempre jugó en su casa. Pero es un jugador que cuando aparece en declaraciones públicas no se equivoca: siempre habla bien del rival, tiene buena presencia, es educado… Es de los que engrandece a este deporte. Normalmente le vamos a tener siempre como rival, pero no tiene nada que ver con que, por ejemplo, el pasado martes cuando acaba el partido, sientes cierta pena de que este gran tipo se tenga que retirar sin un gran título. Porque se lo merece”, explica Sanchís en Goal. De leyenda a leyenda.