GoalOs invito a que hagáis un pequeño experimento: encended la tele y poned cualquier tertulia futbolera. Da igual el canal, el programa y el partido que estén comentando. También valdría en radio o prensa escrita. Sea cual sea el medio, seguramente encuentres a algún periodista que hable como si hubiera sido él quien inventase el fútbol.
Quien sabe si esos aires de grandeza se deban a que fue precisamente un periodista quién inventó el fútbol…de mesa. Más conocido en España como futbolín, que tantas tardes de gloria ha dado a varias generaciones. El creador fue un gallego llamado Alejandro Finisterre y su inspiración fue mucho más noble que la de generar trending topics o sentar cátedra sobre el joga bonito.
Ocurrió durante la Guerra Civil española. Como él mismo explicó años después, su gran musa involuntaria fue una de las bombas nazis que cayeron en Madrid. Quedó gravemente herido tras una explosión, sepultado entre cascotes. En el hospital, cojo y rodeado de mutilados, se planteó qué podría hacer para que los niños con discapacidad pudieran jugar. Siempre le había gustado el tenis de mesa. ¿Por qué no crear también el fútbol de mesa?
A principios de 1937 lo patentó, pero lamentablemente el partido para comercializarlo se pospuso mucho tiempo. Dada la situación política, tuvo que exiliarse a Francia y la patente se perdió por el camino. Con los años lograría retomar su gran invento y fabricarlo en Guatemala. Talvez sea injusto reducir su figura a “inventor del futbolín” o “periodista”, ya que el gallego tuvo una vida de película; también fue poeta, empresario y editor.
Igual de cierto es que antes de él hubo otros inventos similares, pero fueron sus modificaciones singulares en el diseño las que lo popularizaron tal y como lo conocemos. Desde finales del siglo XIX ya se pueden encontrar antecedentes. La primera patente oficial se registró en el Reino Unido en 1921 a nombre de Harold Searles Thorton. Su inspiración fue algo menos explosiva que la de Finisterre, pero también incendiaria: una caja de cerillas. Las musas se le aparecieron cuando atravesó una caja de lado a lado con una cerilla…¡Eureka!
El entretenimiento ha cambiado con los años y los videojuegos en cierto modo han sustituido la función social del futbolín. Aun así todavía es habitual verlo en los bares, y hay proyectos bonitos en la actualidad como The Pichichi Company, que lo está recuperando en modo artesanal para coleccionistas. Todavía quedan muchas partidas por jugar. No sé vosotros, pero a mí me encantaría que Ibai retransmitiera una partida épica de futbolín por twitch.
Paulo Futre Jr.
