Durante todo el 2019, la dirigencia comandada por Daniel Angelici luchó para hacerle contrato profesional a Santiago Ramos Mingo, un central zurdo de 18 años a quien en Boca veían como uno de los jugadores con mayor proyección de todas las Inferiores. Sin embargo, el chico se negó sistemáticamente a firmar su vínculo y a comienzos de 2020 se hizo oficial su salida rumbo a Barcelona, que se lo llevó sin tener que pagarle al Xeneize por la transferencia y apenas debió abonar una cifra cercana a los 300 mil euros por derechos de formación.
Nacido el 21 de noviembre de 2001, el cordobés había realizado todo el trayecto formativo en el club de la Ribera: se sumó en Novena, en 2015, y durante el año pasado había comenzado a afianzarse en Reserva, a pesar de que tenía edad de Quinta. Tan buena era su proyección que, a mitad de año, Gustavo Alfaro lo llevó a la pretemporada con la Primera, le dio la chance de debutar en un amistoso frente a Chivas y hasta lo anotó en la lista de buena fe para la segunda fase de la Copa Libertadores.
Sin embargo, en agosto comenzó el conflicto: Barcelona acercó una primera propuesta para llevarse al defensor y se encendieron las alarmas en la Secretaría Técnica que encabezaba Nicolás Burdisso. A pesar de las gestiones para que el jugador firmase un vínculo con una cláusula de rescisión elevada, el central no aceptó ninguna de las propuestas y pasó los últimos meses de 2019 separado del plantel de la Reserva, mientras en Boca esperaban el ya inevitable desenlace.
"Mi hermano, Franco, jugaba en el mismo equipo de Toronto que el hijo de José Mari Bakero. Justo él iba a viajar a Argentina y mi hermano le dijo 'mirá a Santiago que está jugando muy bien'. Estuvo en un partido de Reserva contra San Lorenzo, después hablamos un rato y me dijo que estaba interesado. Pero como era menor, quedamos en que recién íbamos a hablar cuando cumpliera los 18", reveló el juvenil sobre el inicio de las gestiones con el club blaugrana.
El 4 de febrero, finalmente, Barcelona hizo oficial lo que ya era un secreto a voces: Ramos Mingo firmó un contrato por tres temporadas para jugar en el Barça B, con una cláusula de 60 millones de euros, que aumentaría hasta los 100 millones en caso de que el pibe llegara a debutar en el primer equipo del club catalán.
Sin embargo, el coronavirus complicó todo y el mapa cambió: aunque estuvo entre los convocados en algunos encuentros, el pibe argentino no llegó ni a hacer su estreno en el filial que dirige García Pimienta, quien decidió que no lo tendría en cuenta para la actual temporada. Y cuando parecía que al defensor se le abrían las puertas de salida del club, Ronald Koeman lo vio en un entrenamiento y se lo llevó al primer equipo: si bien aún no hizo su estreno oficial, Ramos Mingo estuvo entre los suplentes en tres partidos de LaLiga.
Acciones legales por parte de Boca:
Más allá del presente del futbolista en España, en Boca no se quedan de brazos cruzados y están dispuestos a luchar para conseguir un resarcimiento económico. Según confirmó Jorge Amor Ameal en diálogo con radio Late, el Xeneize ya inició acciones legales y espera una resolución positiva: "La Comisión Directiva anterior lo trató muy mal al jugador, no sé si hubo un representante ahí. Nosotros le iniciamos un juicio a Barcelona, porque creemos que tenemos derechos. Para nosotros somos el club más grande del mundo, y ellos se deben creer más. Es nuestro pensamiento. No estamos dispuestos a que nadie haga cosas incorrectas, lo que pasó es una barbaridad".
En ese sentido, el presidente del club de la Ribera disparó con munición gruesa contra la directiva del conjunto blaugrana: "Este jugador tenía un seguimiento y, por los informes, era de elite. Creo que Barcelona no se va a llevar un jugador que no tenga posibilidades, ¿no? Nos pareció de muy mal gusto lo que hicieron. Bueno, con el ídolo de Barcelona (por Messi) quisieron hacer un desastre también, así que no me extraña...".