"Boca no es un club formador". ¿Cuántas veces resonó esa crítica en los pasillos de La Bombonera? Demasiadas, como para ser falseada. Sin embargo, Juan Román Riquelme y Miguel Ángel Russo parecen estar dispuestos a desmentirla, de una buena vez por todas. Y es que a los juveniles que vienen participando en los diferentes equipos durante las últimas semanas, se sumará uno más este sábado en Paraná contra Patronato: Renzo Giampaoli.
LA FORMACIÓN DE BOCA VS. PATRONATO
No es un apellido nuevo, está claro. Giampa está en el radar desde hace ya tiempo. Categoría 2000, llegó al club en 2015 directo desde Sportivo Bombal, uno de los clubes del pueblo santafesino de donde es oriundo, aunque también solía entrenarse en Rosario Central, en donde estuvo a punto de fichar antes de tener una prueba que le terminó cambiando los planes: en vez de tener que viajar cien kilómetros hasta Rosario, debió mudarse a Buenos Aires para empezar a vivir en la pensión frente a La Bombonera.
Al principio, le costó. Llegó con edad de octava y, en aquel primer año, sufrió varias lesiones. Recién en la séptima pudo empezar a agarrar algo más de rodaje y a sumar sus primeros minutos en los torneos de AFA. En aquel 2016 demostró que estaba para cosas grandes. Y en 2017, en sexta, no solo pasó a ser titular de la mano de Héctor Bracamonte, sino que hasta le dieron la cinta de capitán. Esa temporada, la 2000 fue campeón, lo cual terminó de consolidar a varios jugadores destacados que llegaron a Primera. ¿Algunos nombres? Agustín Almendra, Agustín Obando, Facundo Colidio, Marcelo Weigandt, Manuel Roffo... Y, ahora, Renzo.
El ascenso meteórico no se detuvo allí: en 2018 realizó su primera poretemporada con la Reserva y en 2019 tuvo la primera junto a los profesionales con Gustavo Alfaro, mientras jugaba como titular en el equipo que por entonces conducía Rolando Schiavi. En 2020, siguió escalando: heredó la capitanía en el conjunto que pasó a dirigir Sebastián Battaglia, mientras que Miguel Ángel Russo siguió teniéndolo en cuenta. Y, ahora, en 2021, está más cerca que nunca de tener su chance.
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LA AJUSTADA AGENDA DE BOCA
Las comparaciones, siempre odiosas, resultan el camino más fácil para describir cómo es como jugador. Apenas un año y unos pocos días lo separan de Leonardo Balerdi, un futbolista con condiciones muy similares: muy técnico, muy rápido, pero no muy corpulento, es el típico zaguero al que apunta el fútbol moderno. Buen pie, dominio, pero también marca y, con su casi 1,90m, también puede aportar juego aéreo. De hecho, su aparición siempre estuvo aparejada a la de otro defensor, quien decidió irse antes de debutar: Santiago Ramos Mingo (2001), hoy en el Barcelona B.