OPINIÓN
El 20 de mayo de 1998 Manolo Sanchís alzaba al cielo de Ámsterdam el trofeo de la Champions League tras haber derrotado el Real Madrid a la Juventus de Zidane y Del Piero en la final. La última cita en la que los blancos no eran favoritos. El capitán blanco cerraba con este gesto una sequía de 32 años sin conseguir la ansiada ‘orejona’, el mismo título que había perseguido sin suerte la denominada ‘Quinta del Buitre’, y de la cual Sanchís formaba parte.
Alineaciones y cómo ver el Real Madrid - Liverpool
Confesaba el central blanco a Goal que quería saber cómo iba a reaccionar el vestuario después de sentirse campeones, después de haber escrito el nombre del Real Madrid otra vez entre los ganadores. Sanchís, curtido en miles de batallas, con 32 años, y último representante de aquella generación de canteranos que se había quedado en el camino sin triunfar en Europa, entró en un vestuario repleto de una "felicidad extrema" y se sentó junto a un imberbe Fernando Morientes, recién llegado, exhausto y muy contento, pero con una respuesta descarada que desmontó a Sanchís: “¡Qué fácil!, ¿no?”, dijo el delantero.
Morientes había aterrizado esta temporada en Chamartín procedente del Real Zaragoza. Con 21 años ya había entrado en el selecto club de los campeones de Europa. La misma edad que Seedorf tenía aquel curso, con la diferencia que el tulipán tenía otra Champions League en su palmarés particular, una con el Ajax y la de ese 20 de mayo con el Madrid. Iniciando su descomunal leyenda en la competición continental.
Offside
Aquella noche en el Amsterdam Arena sirvió para que recuperara el Real Madrid no solo la corona de campeón, sino la sensación de ser campeón en otra época, de recobrar el vínculo estrecho con un torneo en el que compite siempre con autoriridad, con el calificativo de leyenda. De hecho, la entidad merengue es la única que puede presumir de haber repetido como campeón en la máxima competición de Europa en tres ocasiones, tanto en el antiguo formato como en el nuevo, convirtiendo lo complicado en simple.
Este pasado mayo el Real Madrid logró en Kiev su 13ª entorchado de la Champions League ante el Liverpool, curiosamente frente al último equipo que había vencido a los madridistas en una gran final, la de 1981. No fue sencillo proclamarse campeones de Europa, nunca lo ha sido ni lo será. Ni cuando eran imágenes en blanco y negro o cuando son en color. Ahora vuelven al lugar donde todo empezó de nuevo para una eliminatoria de octavos y con el reto de seguir escribiendo su nombre en el palmarés de la 'orejona'.
