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Alexis Sánchez - Lautaro Martínez Torino Inter 14032021Getty

"Panenkitas"

Ruben Uria BlogGoal

Leí ayer un tuit de mi admirado y provocador Iñako Díaz-Guerra a colación del excesivo "hype" que, en su opinión, se concedió a la Atalanta. Iñako no quiso ofender a los analistas de fútbol internacional, ni menoscabar su curro. Ni siquiera hacer de menos al Madrid. Simplemente, quiso dejar claro que, en ocasiones, se sobrevalora un equipo o un jugador. Así de sencillo. Sin embargo, el jaleo que se montó por su tuit me anima a escribir acerca de la figura del analista. Comenzaron siendo expertos en fútbol internacional, hace unos años se les etiquetó como "parabólicos" y de un tiempo a esta parte, se les ha apodado, de manera peyorativa, como "Panenkitas" (copyright Roberto Gómez). Al calor del fútbol internacional, este selecto grupo -cada vez menos selecto y más nutrido - de comunicadores aficionados o periodistas, se ha ido ganando, a contracorriente, un espacio y un hueco en los medios. Acostumbrados a tener que ganarse la vida como pueden y casi nunca como quieren, porque el gran enemigo del periodista deportivo es el paro, se han abierto paso en la jungla mediática como sesudos analistas, consejeros y hasta oráculos que aportan datos y opiniones, esquemas, dibujos y tácticas, que nos explican cómo es un equipo, un jugador o un entrenador que el gran público no conoce. Y los que sabemos bastante menos, tenemos varios caminos: prestarles atención para intentar comprender qué nos explican o echarles a los leones si su diagnóstico no coincide con lo que luego vemos en el terreno de juego. No falla. Aquí recibe todo el mundo y es una ley de oro del periodismo. Aciertas, aplauso. Fallas, colleja. Ley de prensa, ley de vida. 

El "panenkismo",que comparte denominación de origen pero no tiene nada que ver con el espíritu de la excelente publicación futbolística que recibe el nombre del gran Antonín, después de años de lucha en casi completa soledad, se ha ganado su espacio en las tertulias, en los programas televisivos y también en las columnas de los diarios. Generaciones completas se echaron al monte con la esperanza de ser el próximo Maldini, hornadas de chavales se tiraron de cabeza al periodismo soñando ser Axel Torres y ahora que los futbolistas se echan en brazos de Ibai, empiezan a pensar en poner un "Twitch" en sus vidas. Reciclarse o morir. La pregunta es ¿por qué? Sencillo. Primero, porque el paro es la gran amenaza y hay que pagar las facturas. Segundo, porque los medios actuales están tan polarizados en el enmerdado bucle Madrid-Barça de cada día, que deben buscar perfiles secundarios. Y tercero, porque a muchos de estos comunicadores, que pasan horas, horas y horas viendo partidos, estudiando equipos y memorizando jugadores, les apasiona su trabajo y necesitan exteriorizarlo. 

Por cada Maldini aparecíamos cien que queríamos contar las bondades del fútbol italiano y las maravillas de Perú Sub-17, pero el 99% no encontramos trabajo, ni antena, ni oportunidad. Por cada Axel Torres aparecieron doscientos que jamás tuvieron un micrófono en su vida y otros doscientos que se refugiaron en webs particulares, podcast específicos y canales de Youtube. Por cada Fernando Evangelio, por cada Bruno Alemany, por cada Álex de Llano, por cada David Fernández y por cada José David López que aparecen en nuestras vidas, surgen otros quinientos tipos que creen que, algún día, podrán ganarse la vida como "Panenkitas". ¿El problema? Lo tienen crudo. Hay mucha oferta y poca demanda. Los hay extraordinarios, buenos, regulares, malos y muy malos, como en el resto de la profesión. Los hay realmente brillantes y por desgracia, los hay simples imitadores de los que más éxito han tenido. Y sin embargo, a pesar de que la profesión está cada vez peor, siguen manteniendo una ilusión: hacer realidad sus sueños. 

En mi caso, he recibido cientos de propuestas y currículums de jovenes periodistas que empiezan en esto, que se presentan como analistas de fútbol internacional y que, naturalmente, tienen toda la ilusión por triunfar. Quieren comerse el mundo y lamentablemente, en el 90% de los casos, ven cómo el mundo se les come a ellos. Precisamente por eso, a todos aquellos que forman parte de la legión de "Panenkitas" que sigue intentando vencer la resistencia de la industria, que les suele considerar como "frikis", siempre les doy un consejo. Primero, luchar por sus sueños e intentar triunfar como Maldini o Axel. Y segundo, intentar dar noticias, aunque no sea lo suyo ni lo que más les guste, porque lo primero que debe hacer un periodista es dar noticias. ¿Por que? Sencillo. Si lo primero te da de comer, enhorabuena. Pero si no es así, siempre te quedará lo segundo. Entre otras cosas, porque lo que queda de periodismo deportivo está viviendo un fenómeno inexplicable y curioso: Hay tropecientos chavales que quieren ser especialistas en fútbol internacional, pero ya no hay periodistas que den noticias.

Creo que los analistas en fútbol internacional son necesarios, creo que en la mayoría de los casos hacen un gran trabajo y creo que, estén más o menos de moda, merecen tener el espacio que su ilusión ha ido construyendo. Merecen reconocimiento y aplauso. Dicho lo cual, si un joven universitario me preguntase qué hace falta para ser periodista deportivo, tendría mi consejo muy claro: ponte a dar noticias porque tendrás trabajo seguro, porque en este periodismo deportivo de hoy en día, los periodistas hacen de todo... menos dar noticias.

Rubén Uría

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