Por una creencia tradicional, el nivel de exigencia a la Selección mexicana se eleva potencialmente cuando se enfrenta a otros cuadros de la Concacaf. Las formas importan más que nunca, y se espera ver al Tricolor superar con creces al rival que se le ponga en frente.
Negar que conjuntos como Canadá, Panamá, El Salvador o Jamaica han crecido, sería ir en contra de la realidad. Aunque sus respectivas ligas siguen siendo endebles, el roce internacional ha vuelto sus combinados mucho más competitivos y ahora, tienen argumentos para complicar a la Selección mexicana.
Yéndonos únicamente a la parte numérica, es complicado reprochar al equipo del Tata Martino tras seis jornadas en el octagonal. Marcha primer lugar de grupo, aún sin derrotas y tres puntos por encima de los Estados Unidos, pareciendo cuestión de tiempo para que selle su boleto a la Copa del Mundo.
Analizando lo deportivo, es un hecho que se ganan los partidos, pero sin convencer por el estilo de juego que se practica. Sin importar el grado de exigencia, el funcionamiento que se practica deja dudas. Los rivales sucumben, pero sin que México decida poner el pie en el acelerador, y por muchos lapsos de los juegos pierden la cabeza y dejan crecer de forma innecesaria a los rivales.
Contra Honduras y Costa Rica convencieron, y frente a Jamaica, El Salvador, Panamá y Canadá los resultados de los partidos pudieron ser distintos si ciertas figuras individuales no levantaban la mano y se echaban al equipo al hombro.
Tomando todos estos factores en cuenta, es riesgoso hacer un veredicto sobre la actualidad de la Selección mexicana. Desde los fríos números, se está cumpliendo la misión. En la parte futbolística, falta un mundo que mejorar para llegar con confianza el Mundial.
Fuera de las eliminatorias rumbo a Rusia 2018 y Alemania 2006, en cualquier cantidad de oportunidades se ha visto lo difícil que es respaldar el papel de favorito y avanzar sin resguños en la eliminatoria. Lo importante no es cómo se juega un año antes de la Copa del Mundo y sí la preparación previo al torneo y dentro del mismo.
A todos nos encantaría ver a México ganar, golear y gustar, pero es muy pronto para realizar un pronóstico de cómo saldrán las cosas en Qatar 2022, cuando la clara prioridad de Martino es ganar y administrar sus recursos. Las formas no gustan a nadie, pero por las experiencias previas eso debe pasar a segundo término.