Fue una jugada extraña, una más en una Copa América que ha sido generosa en los lances difíciles de entender. Leo Messi y Gary Medel corren a por un balón que se escapa por la línea de fondo, Messi da un ligero empujón con su mano derecha al mediocampista chileno que se le encara. Le da con el pecho en tres ocasiones, Messi no baja la cara pero tampoco responde como tal, pechean sin más. No es la figura más edificante, pero tampoco nada especialmente agresivo. El árbitro, Mario Díaz de Vivar, decide expulsarlos a los dos.
No va a ver al VAR la jugada que, para cualquier aficionado, es algo normal. Hay tensión, pero no argumentos suficientes para echar a ambos jugadores. Es la segunda vez en la carrera de Messi que ve una tarjeta roja, la anterior también fue con Argentina. Esta, en concreto, es difícil de explicar y se une a la frustración argentina por lo ocurrido en las semifinales, cuando Brasil pasó de ronda con decisiones muy controvertidas que han enojado a la albiceleste.
El enfado de Messi era importante, tanto que ni siquiera apareció en la ceremonia en la que les entregaban la medalla de bronce (Argentina ganó 2-1 a Chile en la final de consolación). En la zona mixta fue rotundo, como ya lo había sido tras el partido de semifinales. Primero explicó lo ocurrido con Medel: "Él siempre al límite. Con una amarilla se hubiese terminado para los dos, pero bueno, quizás lo que dije la vez pasada pasó facturas. Lo importante es que el equipo terminó bien la Copa. Quizá esto fue mandado y me pasaron factura por lo que dije". Lo que dijo fue, ni más ni menos, que la Conmebol está manejada con Brasil.
Su guerra contra la confederación sudamericana le llevó también a saltarse la ceremonia de premiación. "Nosotros no tenemos que ser parte de esta corrupción que se nos hizo durante toda esta Copa", explicó el delantero del Barcelona. E incluso fue más allá y advirtió que la final, que cruza a los anfitriones con Perú, tiene pocos visos de ser limpia: "Está para Brasil, ojalá los árbitros y el VAR no influyan y dejen competir a Perú, pero lo veo difícil".
La Conmebol no tardó en responder al astro argentino. Lanzó poco después un comunicado oficial tajante y condenatorio. "Es inaceptable que, a raíz de incidentes propios de la competencia, [...] se hayan lanzado acusaciones infundadas que faltan a la verdad y ponen en tela de juicio la integridad de la Copa América". El comunicado también afirma que "dichas acusaciones representan una falta de respeto a la competencia, a todos los futbolistas y participantes".
Incluso deja un pequeño recado más en el que desliza que Messi no sabe perder: "En el fútbol a veces se gana y a veces se pierde y un pilar fundamental del fair play es aceptar los resultados con lealtad y respeto".
