Eric García y Sergio Ramos, EspañaGetty

El cambio de la vergüenza ajena

Firma Nicolás De MarcoGoal

Vergüenza ajena dio el cambio de Sergio Ramos por Eric García sobre el final del 3-1 a Kosovo . Se entiende por vergüenza ajena la vivencia de pudor, incomodidad o rechazo que alguien siente en primera persona por la acción de un tercero que parece embarazosa, ridícula o patética. Y mucho de todo eso tuvo la internacionalidad número 180 del capitán de la Selección, que salió en el '86 de partido como premio de un Luis Enrique que no tuvo problemas en admitirlo.

Con su testimonial presencia  en La Cartuja de Sevilla, Ramos se convertía el miércoles en el segundo jugador con mayor cantidad de partidos internacionales en su bagaje, superando al omaní  Mubarak Ahmed , con quien estaba empatado hasta la cita de anoche. Ahora quedó a cinco partidos de superar a Hassan Ahmed (184 con Egipto ), a quien podría dejar en el camino en la Eurocopa del próximo verano. Por cierto, ¿cuánta gente conoce a Mubarak y Hassan Ahmed? Evidentemente muy poca, y Ramos no pasará a la historia por superarles. El paripé fue tan innecesario como ridículo. 

No quiso ocultar Luis Enrique el cambio que a muchos aficionados y periodistas les -nos- dio vergüenza ajena. Sobre la suplencia del camero, en rueda de prensa explicó: "Es una decisión técnica, no tiene más complicación. Decido yo quiénes están mejor. Sergio está bien, no tiene ningún problema, pero sale de una lesión en la que se ha recuperado rápidamente en su club y coincide en esta convocatoria que decido que jueguen otros". Y preguntado concretamente sobre si había sacado a Ramos para que sume otra internacionalidad y se acerque al récord, el asturiano contestó:  "Quiero premiar a un jugador que para mí merece todos los récords".   Mientras tanto, en Valdebebas alguno se preguntará por qué Ramos no se quedó en Madrid. El de Camas jugó 45 minutos contra Grecia y cuatro contra Kosovo. 

El cambio de Ramos fue un bochorno evitable , porque Ramos batirá los récords que se proponga sin necesidad de recibir ningún regalo.  Es un papelón  que daña la imagen de Luis Enrique y que  mancha la marca que el propio futbolista acabará firmando más pronto que tarde. Para muestra, un botón: la gente en la calle no habla de Pedri, no habla de Dani Olmo, no habla de Ferran Torres y no habla de quiénes deben ir a la Eurocopa. Habla del cambio de Ramos y eso también impide que se hable del juego ramplón de España. Igual Luis Enrique lo sacó justo para eso.  

Como sea, el partido 180  sonó a limosna de un seleccionador que pareció querer ser condescendiente con el capitán . De otra forma, quién sabe, igual se ganaba un lío. A Luis Enrique, tal y como dijo en rueda de prensa, le da igual lo que pueda pensar la opinión pública. "Me da igual la imagen que me podáis dar o que podías tener. Sólo pienso en el bien de mi selección, de mi equipo. El resto, que cada uno dibuje lo que quiera", decía. Y a Ramos, principal beneficiado con el cambio de la vergüenza ajena, tampoco le iban a importar las formas, evidentemente. "Siempre es importante sumar, sea un minuto o un partido entero. Eso ya no es decisión mía, siempre es del técnico" , comentaba con una sonrisa un ratito después de afear, entre él y Luis Enrique, el récord que algún día conseguirá.

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