Aunque las cámaras de televisión quisieran "ignorar" la carrera de Wolanski, su aparición por sorpresa fue viral y controvertida. Wolanski entró al campo con un vestido de baño que impactó al mundo y dejó paralizados a los asistentes. Esta invasión le costó una multa, pero las ganancias fueron inmensamente superiores.La rusa tendrá que hacer frente a una multa de 5.000 euros por su irrupción en el césped, tal y como marca el reglamento de la UEFA para los casos de primera infracción. A esta cantidad habráu que sumarle otros 10.000 euros que tendrá que tendrá que pagar de su bolsillo por publicidad no adecuada en un evento futbolístico.
Sin embargo, esos 15.000 euros con "calderilla" para el gran negocio de esta "espontánea" que, en realidad, tuvo una aparición calculada, meditada y muy poco espontánea, porque el impacto generado por su aparición en la final de la Champions se ha traducido en un negocio redondo. Entre otras cosas, porque su aparición repercutiría en unos ingresos, en cuestión de publicidad gratuita, que ascenderían a 4 millones de dólares, según ha calculado el grupo de análisis Apex Marketing Group.Sin duda, un peligroso precedente para las autoridades futbolísticas, que ahora ven como amenaza de futuro este tipo de episodios "programados" para hacer fortuna.
Wolanski también logró cosechar casi 3 millones de seguidores en las redes sociales tras su abrupta aparición en el campo. Eso sí, esu cuenta en Instagram ha sido bloqueada. Visto el "boom" mediático y publicitario, la multa de la UEFA parece irrisoria, comparado con el gran negocio que ha supuesto tanto para la protagonista, como para su novio, como para el canal de contenido adulto que patrocinaba su bañador. El canal de 'Vitaly Uncensored' y la propia Kinsey Wolanski fueron de los temas más buscados a nivel global en Internet tras el suceso. La Champions, sin duda, es el mejor escaparate posible. Y la "rubia" de la Champions ha sido, además de un contenido viral, un enorme negocio para sus protagonistas.