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La relación Diego Maradona y Pelé: respeto, elogios, peleas y qué opinaba uno del otro

Argentina y Brasil, tango y samba, potrero y playa, Maradona y Pelé. Durante años los países hermanos se pudieron reflejar en estos arquetipos, que parecía alejarlos, pero a la vez los unía. Ambos competían, pero eran complementarios. Y la historia de la relación entre dos de los máximos jugadores de la historia es tan apasionante como única.

—Te juro, que sean diez minutos nomás y soy Gardel, expresó un joven Maradona antes de conocer a Pelé el 9 de abril de 1979. El pibe era sensación en Argentina y quería ver con sus propios ojos a uno de sus ídolos. Viajó para Copacabana luego de un partido entre Argentinos Juniors y Huracán, y finalmente el astro brasileño lo recibió a él, a su representante y a su padre. Le dio consejos y le regaló una medalla que le habían realizado para el partido despedida en Cosmos. —Yo sabía que era un dios como jugador; ahora también lo es como persona, cerró Diego ilusionado.

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Maradona Pelé 09042015Reprodução

Poco después, tras la proeza de Pelusa en el Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA 1979, O Rei aterrizó en Argentina y le preguntaron sobre las comparaciones entre ambos. "No me molesta. Es un gusto muy grande. En todas partes del mundo que aparece un jugador lo comparan con Pelé. Naturalmente, un jugador como Maradona es una satifacción porque es realmente un gran jugador", expresó.

Lo más relevante fue la advertencia que siguió: "están poniendo mucha responsabilidad en el muchacho. Es un jugador que está prácticamente empezando ahora. Tiene calidad, pero no está todavía con su formación psíquica preparada para aguantar tanta responsabilidad. Por eso creo que nosotros que gustamos del fútbol debemos dejar a Maradona que juegue su fútbol y no compararlo con nadie. Porque Maradona va a ser Maradona con el fútbol lindo que tiene. Entonces, comparando tal vez estemos perjudicando el fútbol de Maradona".

Es evidente que no fueron contemporáneos. Pelé le llevaba veinte años, solo coincidieron activamente entre 1976 y 1977. Diego no había nacido cuando el brasileño se consagró en Suecia 1958 y tenía diez años cuando logró el tercero, en México 1970. Tal vez por ello eligió seguir el camino que le marcó con las declaraciones. "Maradona es Maradona" y "Pelé es el mejor", fueron dos frases que utilizaba cada vez que le preguntaban sobre la comparación.

Pero lo mágico del fútbol es que sucede, se escapa de las palabras y los lugares comunes. Maradona frotó la lámpara innumerables veces a mediados de 1986, y los propios sucesos lo pusieron a competir por el trono. Había dejado de ser el sucesor para luchar por ser la versión mejorada.

El respeto casi reverencial entre ambos se fue perdiendo. Los egos desmedidos hicieron daño en una relación que parecía sólida. ¿Quién empezó? Es difícil saberlo. Algunos toman declaraciones de Pelé desmereciendo la gesta del 86, otros las de Diego hablando de la orientación sexual del brasileño.

Hay dos momentos bisagra en la línea temporal donde se pudo haber producido el quiebre definitivo, y no es coincidencia que en ambos esté inmiscuida la FIFA.

La primera versión data de 1995, cuando Maradona y Cantona fundaron la Asociación Internacional de Futbolistas Profesionales de Francia. Varias estrellas se sumaron a la iniciativa, agotados de los desmanejos de Joao Havelange en el pasado y Joseph Blatter en el presente. Entre las vacas sagradas estaban Di Stéfano, Cruyff, Sócrates y Pelé. Pero el brasileño decidió cambiar de bando, algo imperdonable para el argentino.

Maradona PeleGetty Images

El otro posible momento de ruptura se dio en el 2000, cuando FIFA eligió al mejor jugador del siglo. Maradona ganó por el voto popular, mientras que Pelé lo hizo gracias a la votación de los seleccionados por la entidad del fútbol. Primero subió Diego, agradeció a la gente y se fue. Luego, Pelé. Tal parece que quiso invitarlo al argentino al escenario, pero se había ido enojado.

De todos modos, ya en 1998 Maradona había tenido la desafortunada, pero muy recordada entrevista en El Rayo, donde entre otras frases, dijo que "Pelé debutó con un pibe", haciendo alusión a la tapa de la revista Playboy de 1980.

La gran diferencia sustancial entre ambos fue la manera de ver cómo podían realizar cambios. Diego, rebelde, fiel a su estilo, denunciaba la corrupción enquistada en el alto mando del fútbol. Pelé, buscaba cambiar desde adentro sin importarle los desmanes económicos.

"Pelé, lo tienen ahí para que defienda la FIFA. Es muy triste por los jugadores que hoy no ganan lo que tienen que ganar. (...) Yo me puedo comer un asado con el 9 de Cambaceres, de Alemania, de Sudáfrica, de Costa Rica; con el 3 de All Boys. Platini, Beckenbauer y Pelé tienen que quedarse parados, ni el asiento le dan". Es una de las tantas frases célebres que dejó Diego contra los íconos del fútbol en su pelea eterna.

Pele Maradona la noche del diezReprodução

Llegando al final del camino, ambos fueron tomando posiciones más intermedias en la relación y estrechando lazos. Lejos de los momentos de agravios, siempre lo bueno es lo que queda. El episodio entre Maradona y Pelé que se recordará por siempre es aquella emisión de "La Noche del 10" donde Diego le realizó una extensa entrevista, le brindó solidaridad para con su hijo que estaba pasando un mal momento de salud y ambos se dedicaron una canción. Hubo intercambio de camisetas firmadas y un cabeza a cabeza que parecía interminable, porque ambos conservaban técnica y competitividad. Al final se le cayó a Maradona, pero no importó y se fundieron en un abrazo fraternal.

Una semana después de aquel infausto 25 de noviembre de 2020, cuando Maradona partió del plano terrenal, Pelé escribió en sus redes oficiales: "Fuiste un genio que encantó al mundo. Un mago con el balón en los pies. Una verdadera leyenda. Pero sobre todo, para mí, siempre serás un gran amigo, con un corazón aún más grande. Hoy sé que el mundo sería mucho mejor si pudiéramos compararnos menos y admirarnos más. Con eso quiero decir que eres incomparable. Su trayectoria estuvo marcada por la honestidad. Siempre declaraste tus amores y disgustos a los cuatro vientos. Y con su particular manera, enseña que hay que amar y decir “te amo” con mucha más frecuencia. Su rápida partida no me dejó decirlo, así que solo escribo: Te amo, Diego. Mi gran amigo, muchas gracias por todo nuestro viaje. Un día, en el cielo, jugaremos juntos en el mismo equipo. Y será la primera vez que pegue un puñetazo al aire sin celebrar un gol, sino por poder darte otro abrazo”.

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