Cuando en septiembre de 2016 Sam Allardyce abandonó su cargo de entrenador de la Selección inglesa dejando un escándalo que movió los cimientos de la Football Asociation, muchas voces desde la prensa y desde las tribunas pedían una renovación profunda en los Three Lions y un nombre era el apuntado: Mauricio Pochettino.
Era tal la magnitud del caos que se vivía que como nunca antes los fanáticos estaban dispuestos a aceptar un conductor extranjero, y por si fuera poco argentino. Para tomar una dimensión de lo que significa y entender el cansancio que había es necesario dar vuelta la situación: que los hinchas argentinos cansados de la AFA y los fracasos y vergüenzas eligieran un entrenador extranjero e inglés para su Selección. ¿Impensado, no? Ese era el tamaño de la renovación exigida.
Finalmente la FA eligió a Gareth Southgate, entrenador del sub21 inglés para que se haga cargo del primer equipo pero este tomó la base de juveniles que Poche había estado trabajando en su paso por Southampton pero sobre todo en el Tottenham.
"Conozco la manera de trabajar con Jesús Pérez (el catalán que es la mano derecha del santafesino) en los entrenamientos. Eso marca diferencias. Sus jugadores nos permiten jugar el fútbol de presión que queremos desarrollar", afirmó el DT de los Three Lions admitiendo así el peso del argentino en su equipo que se refleja en los cinco jugadores Spurs en el Mundial: Harry Kane (el capitán del seleccionado y goleador del Mundial hasta ahora), Dele Alli (la otra gran estrella del seleccionado), Kieran Trippier (dueño de las pelotas paradas, lateral que juega de volante con total naturalidad) y Danny Rose y Eric Dier (el recambio más habitual durante los partidos). Además cabe destacar que Ryan Mason, Harry Winks, Rickie Lambert, Adan Lallana, Jay Rodríguez, Fraser Foster y Luke Shaw fueron otros futbolistas que eran dirigidos por Pochettino y jugaron por primera vez en la selección de su país; y que Kyle Walker, hoy en el City, también pasó por sus manos.
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¿A qué se debe esto? Simplemente la fuerte convicción de Pochettino de poder mejorar y trabajar a sus jugadores juveniles y a que estos son capaces de cualquier cosa por más que no tengan el cartel de las grandes figuras de la Premier y del Mundo como los son Eden Hazard, Sergio Agüero, Rumelu Lukaku, Lionel Messi, Neymar y Cristiano Ronaldo.
Precedido por la fama que se hizo en Southampton de haber catapultado al club con jugadores de bajo presupuesto, cuando llegó en mayo de 2014 al Tottenham el dueño del club, Daniel Levy, le fue muy claro: quería llevar a los Spurs a la Champions League pero al menor costo posible porque estaba por comenzar la remodelación de White Hart Lane y el presupuesto estaba ajustado.
Poche rápidamente tomó bajo su ala a un grupo de juveniles que parecían relegados, los convenció de seguir su camino para llegar a lo más alto y a fuerza de triunfos también sumó a los hinchas a su causa. Es tal la influencia del argentino que hasta logró relegar al archirrival de toda la vida, Arsenal, y ubicar a los suyos en esos puestos de Champions.
Una muestra de cómo trabaja en la confianza de los suyos son estas declaraciones que hizo cuando le preguntaron por la influencia de Kane antes del Mundial y cómo creía que le iría: "Diego Maradona u Ossie Ardiles, jugadores de ese tipo, amaban jugar para su país. Eso es algo especial y es un lazo que Harry ha podido generar con Inglaterra". Para muchos puede sonar exagerado pero compararlo con Maradona o Ardiles (ídolo del Tottenham) es la forma que el de Murphy encuentra para llenar de confianza a alguien de quien confesó estar enamorado por su juego y a quien catalogó como “el mejor goleador del mundo”.
¿Quedan dudas de la influencia de Poche en esta Inglaterra? Bueno, entonces se puede tomar como ejemplo la nota del medio británico, The Telegraph, en la que reveló que el mate es un fiel acompañante de los jugadores de Tottenham en la concentración y que la han llevado al vestuario de la Selección.
Por otro lado, el exjugador del seleccionado argentino es visto como un “mago” para la economía de los clubes que maneja por su capacidad de multiplicar el valor de los elementos que tiene a cargo.
En el Espanyol de Barcelona compró a Nicolás Pareja por 5.5 millones de dólares y lo vendió por 11; Daniel Osvaldo le costó 4.7 millones y lo dio a cambio de 17.5 millones; o al canterano Víctor Ruiz a quien lo dejó ir por 9.3 millones.
En el poco más de un año que dirigió al Southampton gastó 18.2 millones de dólares y vendió por 197, 4 millones. Una barbaridad si se tiene en cuenta que además dejó una base sólida de jugadores y al club en una posición más que auspiciosa.
En lo que lleva en los Spurs promovió a Kane que ahora tiene un valor de mercado de 55 millones. Delle Alli costó 7.5 millones y está tasado en 44; Eric Dier llegó por 5.5 y pueden sacarle al menos 24 millones; por Eriksen pusieron 15 millones pero ya está tasado en 34; Danny Rose llegó a cambio de 1.1 millones y se puede ir por al menos 24; Kieran Trippier llegó por 5.5 millones y hoy vale no menos de 27.5.
Además Poche también desarrolló al capitán de la Corea del Sur que eliminó a Alemania del Mundial, Heung-Min Son; el capitán de Francia, Hugo Lloris, alcanzó su nivel más alto con él; Davinson Sánchez dio el gran salto a una de las cinco grandes ligas gracias a Poche; Alderweireld y Vertonghen, los centrales de Bélgica, encontraron su cumbre a partir de la llegada del argentino. Y aquí sólo hemos nombrado los actuales dirigidos por él, porque sino la lista es más larga con nombres de la talla de Sadio Mané.
Por todo esto es por lo que jugadores, directivos, periodistas y hasta hinchas ingleses han llegado a pedir que Mauricio Pochettino sea considerado para encargarse de su seleccionado y si bien no llegó, por ahora, a serlo nadie puede negar la magnitud de su influencia en este equipo que avanza a paso firme en Rusia 208 y ya están en semifinales.
