Jordi Cruyff Maccabi Tel Aviv 27092017Getty

Jordi Cruyff en Goal: “Sería injusto poner ahora a Vinicius a que lleve al Real Madrid”


ENTREVISTA EXCLUSIVA

Futbolista, director deportivo y, ahora también, entrenador. Barcelona, Manchester United, AEK Larnaca, Maccabi Tel Aviv han sido algunos de sus clubes. Ha experimentado de todo en el fútbol. También lo ha ganado casi todo, en cada una de sus facetas. Se trata de Jordi Cruyff [9 de febrero de 1974, Ámsterdam], que se encuentra ahora de pretemporada en Qatar con el Chongqing Dangdai Lifan chino después de haber dejado una huella imborrable en Israel (seis títulos en seis años entre la dirección deportiva y el banquillo). Donde su apellido también tiene un peso capital es en Ámsterdam. Más concretamente, en el Ajax. Y el Real Madrid visita este miércoles por primera vez el Johan Cruyff Arena desde que se le cambió el nombre al templo madridista de la Séptima. Desde su privilegiada perspectiva y su inusual naturalidad, el propio Jordi analiza en Goal esta compleja eliminatoria europea: “Estoy súper orgulloso y muy muy agradecido con el nuevo nombre del estadio en homenaje a mi padre. Su imagen se siente por todos los rincones del campo, vayas donde vayas”.

Este sábado fue su 45º cumpleaños. Cuando mira hacia atrás, ¿está su carrera donde pensó que estaría a esta edad?

“¡Buf! [ríe] Planificar nunca fue mi fuerte. Siempre me he dejado llevar por mi intuición o por el momento. Estoy feliz de que, después de ser futbolista, haya seguido conectado. Primero, como director deportivo, y ahora como entrenador. He tocado las diferentes patas del fútbol. ¡Estoy contento! Siempre ocupado con cosas de fútbol, que es mi pasión”. 

¿Qué tal en el Chongqing Dangdai Lifan? ¿Por qué entrenar en China cuando estaba triunfando en Europa, en el Maccabi?

“Bueno, hoy en día cada vez hay más ida y vuelta con China. Ha habido traspasos de jugadores y entrenadores en Europa que vienen desde China. Llevo 23 años fuera, desde que me marché del Barcelona siendo jovencito, con mucho por aquí y por allá. Al final, el verano pasado terminé la liga en el Maccabi en Israel y pensé estar unos meses un poco más tranquilo, refrescar ideas y métodos, viajar a ver a entrenadores y directores deportivos… pero me llamaron en Agosto a través de Antonio Cordón, me dio un buen feeling el proyecto, me dio confianza, y hoy en día cuando te llama un equipo chino, la mayoría lo acepta. Es una aventura nueva, tocó adaptarse rápido, porque el equipo estaba en zona de descenso, pero lo sacamos adelante”.

Después de salvar al equipo del descenso la pasada temporada, ¿cuál es el objetivo este 2019 ahora que puede empezar un proyecto desde cero?

“Sobre todo, intentaremos no sufrir tanto como la temporada pasada, que en los dos últimos partidos la situación tenía riesgo. Sabemos quiénes somos dentro de la liga, porque tampoco tenemos un potencial económico como pueden tener otros, que han firmado a Fellaini del United, o a Wagner del Bayern Múnich… Nosotros no entramos en esa categoría. Por eso nuestro objetivo es más humilde, trabajar con gente joven, e intentar no sufrir. Luego, todo lo que salga positivo, a por ello. Tenemos que ser optimistas, pero saber los objetivos reales”.

Es su tercera temporada como entrenador, ¿en los banquillos Jordi Cruyff sigue la filosofía de Johann Cruyff? ¿Siente que los clubes o la afición esperan eso de usted, o después de unos años eso está superado?

“Estoy ya curado. Sufrí hasta que fui al United como jugador, y ahí me quité esa comparación de encima y que no sirve para nada. Estaba claro. Me gusta el fútbol de ataque, la posesión, todo lo que aprendí de pequeño en los clubes donde estuve. También por influencia de mi padre. Pero a veces hay que entender dónde estás. No puedes ir con un libreto y decir ‘así vamos a jugar’, porque si no tienes los jugadores adecuados, por mucho que lo intentes, va a ser complicado. Aquí nos adaptamos un poco a lo que tenemos, sabiendo que la comunicación es más complicada, porque hay traductor. Si les das un mensaje complicado, imagina lo que les llega. Hay que hacerlo todo lo más sencillo que se pueda. Es la etapa en la que estoy ahora, y no toca otra. En otro momento ya se verá el hacer otro tipo de fútbol, pero es la situación que tenemos, estamos peleando por el descenso, y aunque queramos jugar para ganar, también tenemos que protegernos un poco. El reto bonito es adaptarse a lo que hay”.

Como director deportivo que ha sido, ¿por qué ficharía al Jordi Cruyff entrenador?

“Es una pregunta complicada… ¡Hablar de uno siempre es difícil! [ríe] Lo que yo destacaría quizás es el tema de la adaptación, porque he vivido en muchos países y muchas culturas diferentes. Me adapto fácil, por ejemplo, a nivel de idiomas. No hablo chino todavía, pero me puedo comunicar con cosas sencillas. Y estoy abierto siempre a aprender y adaptarme a nuevas situaciones, donde la gente pueda pensar diferente a lo que siempre has creído. Creo que eso es una ventaja hoy en día. Luego a nivel futbolístico tendrían que ser otros los que lo dijeran en lugar de yo mismo, creo. Que suena un poco pretencioso hablar de uno mismo [ríe]”.

Desde que colgó las botas, ha pasado más tiempo como director deportivo que como entrenador [AEK Larnaca 2010-12 y Maccabi 2012-17]. ¿Qué es lo que más le gusta? ¿Dónde se ve en cinco años, por ejemplo?

“¡Es difícil! Lo que creo que pasará es que después de esto, y como ya no puedo jugar más, lo siguiente sería la retirada. A nivel de futuro, nunca fui bueno planificando. Es difícil saber dónde vas a estar. Alguna vez lo intenté y terminé haciendo lo contrario, así que no podría decirlo… Me gustan mucho los dos trabajos. Mucho. Aunque son diferentes. Y lo más importante es que cuando estés en la silla del entrenador sepas dónde está tu límite y no pises el terreno del otro. Que tengas respeto por el otro. Ahora estoy encantado de trabajar con mi dirección deportiva, por ejemplo, donde está Antonio Cordón. Le comprendo muchas veces, porque he pensado cosas similares cuando estaba en ese rol. Lo importante es que cada uno trabaje. Si fuera otra vez director deportivo, no haría las cosas del entrenador. Esté donde esté, lo importante es saber en qué lado estás y no cruzar la línea. Es una disciplina que me auto impongo yo mismo”.

¿Y si hablamos de ser directivo, presidente, o algún otro cargo ejecutivo?

“¡Nada! No me motiva nada. Me gusta la parte del fútbol. Cuando era futbolista estudié cuatro años Empresariales en la universidad, y luego Marketing como postgrado en Manchester. Siempre me han gustado los dos mundos, pero no me veo como directivo sino como alguien vinculado a la parte deportiva dentro de un club”.

Es vox populi que el Barcelona quiso ‘ficharle’ recientemente, pero decía que no era ahora el momento aún. ¿Le gustaría que ese momento llegara sí o sí en algún punto de su carrera?

“¡Es que soy muy malo planificando! [ríe] Lo repito mucho, pero es verdad. El quid es tratar de hacer las cosas bien en el presente, y luego la intuición y el destino te van llevando a un sitio u otro. Que luego doy mi opinión y pasa justo lo contrario. No cierro las puertas tampoco. De ningún club. Al final estamos trabajando en el fútbol, y al igual que un periodista no se las cierra a ningún medio, pues nosotros tampoco. Pero nadie sabe lo que depara el destino. Y en mi caso, aún menos”.

¿Y volver al Ajax en algún momento? Porque nunca más volvió desde que pasó por su cantera, y es casi parte de su legado familiar…

“Bueno, es que yo me marché de Holanda muy jovencito. No he vivido mucho ahí. De 45 años, apenas viví seis allí. Es algo que me queda muy muy lejos. Cuando tengo una semana libre, vuelvo a Barcelona con mi familia, por ejemplo. El vínculo con el Ajax no es igual, aunque sí lo mantengo por mi padre, que tuvo una gran carrera allí, y porque le tengo cariño, por supuesto, porque jugué allí de pequeño de los 7 a los 13 años. Es verdad además que, cuando el padre de mi padre murió joven, mi abuela no podía llevar la verdulería que tenía. Y al final ella tuvo que trabajar limpiando las instalaciones del Ajax. Cuando a mi padre le hacen contrato en el club, decide que no puede ser que su madre limpie donde está él jugando y donde deja su ropa. Lo dejó entonces directamente. El Ajax fue como la segunda casa de mi padre, o la segunda familia, tras perder a su padre. Eso nunca se olvida”. 

¿Y cómo es el Ajax de hoy en día?

“Ha sido un sorteo bonito. Hace dos meses, la situación parecía la inversa, con el que estaba arriba, ahora abajo, y viceversa. Son dinámicas de fútbol. Hoy en día, el hecho de que el Real Madrid viva un buen momento y el Ajax un poco menos bueno tras el parón invernal, añadido a que el Madrid no deja de ser el tricampeón de Europa, creo que tiene la etiqueta de favorito. Por su experiencia, por sus títulos recientes, y por los momentos de forma del último mes”.

¿Cómo es De Jong? La expectativa es muy alta después del precio que se ha pagado por él…

“El Ajax cuando saca jugadores son súper especiales. De Jong y De Ligt tienen esa categoría, esa firma. Y obviamente, los grandes clubes tienen que estar rápidos. En el Ajax, sobre todo, por tener cierto parecido futbolístico con el Barcelona, es normal que el Barcelona ‘pesque’ en el club. De todas formas, el Ajax es un club donde les dan oportunidades de jugar, pero donde un chico tímido no tiene cabida. Hay que tener personalidad, valor y fútbol. Para jugar al fútbol, desde varias posiciones, jugar en corto, presionar incluso ante los grandes, actitud para medirse a los grandes… tiene una filosofía en todos los rangos del club que le hace parecido al Barcelona. Han salido dos chicos muy especiales. Y por todo eso De Jong puede encajar y puede funcionar este traspaso”.

Será la primera vez que el Real Madrid visite Ámsterdam desde que se renombró el estadio. ¿Qué siente Jordi Cruyff al ver que el estadio del Ajax lleva el nombre de Johan Cruyff Arena?

“Independientemente del rival, es un orgullo. La última vez que visité el estadio fue hace unos meses y lo vi bien bien. La imagen de mi padre se siente por todos los rincones del campo. Vayas donde vayas, notas su presencia. Obviamente, es un detalle enorme por parte del ayuntamiento de Ámsterdam y de los dueños del Arena, donde el Ajax tiene una participación menor. Entre los tres lo han hecho posible, y yo como su hijo estoy súper orgulloso y muy muy agradecido, claro”.

Como decía, seguro que el Ajax hubiera preferido que se disputase el partido en diciembre. ¿Cómo explica esta transformación del Real Madrid desde que está Solari? Ante el Barcelona y ante el Atlético demostró que está vivo…

“¡Sí! ¡Están vivos! Pero es que un equipo grande nunca muere. Miras las últimas ligas, que no queda cerca del campeón, pero luego son capaces de ganar la Champions. Es la contradicción del fútbol. Eres el mejor de Europa, pero en la liga no carburas. Y el que gana la Champions dirá que es lo más importante, y el que gana La Liga, pues lo suyo. Es la discusión eterna, que seguirá durante años, porque al final nadie tiene razón y todos tienen razón. Pero está claro que el Madrid ha llegado a finales de febrero, donde se deciden los trofeos, habiendo dado un paso al frente. Aunque el Barcelona a nivel de Liga también está bastante estable”.

Como director deportivo que ha sido, si pudiera fichar a un solo jugador del Real Madrid para su equipo, ¿a qué jugador ficharía y por qué?

“Por un lado, habría que decir que es un equipo de fútbol donde todos suman. Sobre todo, este año que no está Cristiano. Porque de hecho, otros años te habría respondido que me quedaría con Cristiano, cuando era jugador del Real Madrid. Al final, son jugadores que tienen un plus por encima de los demás, aparecen en los momentos importantes, te garantizan un número de goles y, cuando está en el campo, siempre confías en tus opciones porque tienes ese jugador especial. Ahora el Real Madrid depende más de ser un equipo. Y creo que todavía pueden echar de menos a Cristiano. Si el partido va 0-0, ese jugador franquicia es el que desequilibra”.

¿Y cómo calificaría la operación de Vinicius: una ganga, un riesgo, o mitad-mitad?

“Bueno, es joven, tiene mucho talento, por eso se pagó lo que se pagó por él… Pero claro, ponerle ahora a que lleve al equipo es injusto. Es injusto pedirlo y también esperarlo. Es joven y necesita el aprendizaje y la adaptación que requiere su edad. Tendrá altibajos, que es lo normal. Los que tienen que llevar el equipo a sus espaldas son los más veteranos, y que Vinicius vaya alternando partidos buenos, con otros que le cuesten más. Lo normal a esa edad. El talento es claramente visible, pero muchas veces es mejor no hablar mucho de él para que pueda estar tranquilo y sin tanta presión en las espaldas”.

Ya por último, porque hemos hablado del estadio, pero no de todo el legado de su padre. Por ejemplo, de Cruyff Football. ¿Cómo hace para repartir juego con tantos frentes abiertos? ¿Cuál es el siguiente reto que tienen por delante?

“El legado más importante de mi padre siempre fue la Fundación, que sigue fuerte con un trabajo muy bueno y la labor de los embajadores. Sigue creciendo. Y luego está la parte del Instituto, que toca los estudios, también creciendo bastante en varios países, especialmente en Europa. Y luego está Cruyff Football, que fue una de las últimas inspiraciones de mi padre antes de morir, porque quería llevar parte de su metodología para con la cantera, y que lo llevase Wim Jonk, que era el director de la Academia del Ajax hace unos años, y es hoy el encargado de Cruyff Football. Es algo lento, porque es un grupo de trabajo, y a los clubes les gusta tener su director de cantera mientras que esto es un grupo de trabajo, con mucha gente que viene del Ajax, que se conocen de hace tiempo. Y siempre se va a otro ritmo. Ahí vamos sin prisas. Hace poco también me pasó que escuché a Pep Guardiola decir que vestía con zapatillas de la colección Cruyff Classics y que le daban suerte, por ejemplo”.

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