EDITORIAL
Sin Sergio Ramos el Real Madrid se ha quedado por fuera de la Champions League por segundo año consecutivo apenas entre los 16 mejores mientras Manchester City de Pep Guardiola cambió su forma de atacar y la defensa de cuatro que decidió Zinedine Zidane lo sufrió hasta la fatalidad de una eliminación dolorosa.
Sin Kün Agüero el catalán apostó por un modelo que le funcionó a Tite en la última Copa América: ubicarlo a Gabriel Jesus descargando en la banda, para que con su velocidad vaya a presionarlo al central (tal como cerró la eliminatoria en el segundo sinsentido de Varane) y, de paso, lo descarte a Casemiro de su función principal como primer salidor (y ese rol quede en manos de Courtois, habitualmente en largo), un hecho que se volvió problemático pues las recuperaciones citizens abundaron mientras Benzema naufragaba y el bloque local en el Ciudad de Manchester salía muy pulcro en busca de Kevin De Bruyne, el finalizador por excelencia después de un primer tiempo con Phil Foden como referencia. En el descanso, Foden pasó a la derecha y Gabriel al centroforward, aunque siguió dibujando diagonales.
El joven mediocampista, al desmarcarse con facilidad, impidió que los de rosado lograran ponerse de acuerdo en quién tenía que frenarlo. Así se movió de la derecha a la izquierda, de vuelta, y desde el eje del 10 hasta el área, para completar tres pelotas ganadas y 18 aciertos en sus entregas, con mayoría de cesiones claves en 3/4. A aquella arma de confusión Pep le sumó un Rodri inquebrantable como único mediocentro, a un incansable Sterling (que hizo el primer gol tras la fatalidad 1 de Varane) que sobrepasó a Militao, un Walker con espacio para centralizarse y generar ante la nula presión de Mendy, los pases profundos de Gundogan, de brillos esperables, y cuatro atajadas de partido de Ederson.
El City, en los 10 minutos y pese a un error de Jesus, logró terminar una jugada en la que acertó 15 pases y se encontró con los salvadores Militao y Varane para amagar los remates directos de Foden y Gundogan. En esa jugada Foden picó desde el círculo central y participó tres veces, la última en donde le tocaba cerrar a Mendy, perdido de sus obligaciones. Como si el campo fuera una cena irrenunciable. El Madrid no logró conectarse nunca, ni con la vista de Kroos a distancia, la pegada de Hazard o las 13 coronas.
optaGuardiola ubicó al Skyblue entre los 8, aguarda por Lyon y ha vuelto a demostrar que puede matizar algunas de sus máximas para enseñar a la pefección cómo destrabar una defensa que se le presentó inusual. Los Silva, Bernardo y David, laboriosos por naturaleza, aportaron el despliegue que faltaba para dar el último empujón. No había Benzema que lo impidiese.