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El Valencia pone el muro en el Sánchez-Pizjuán y aprieta la pelea por la Champions

La pelea por la cuarta plaza que da acceso a la próxima edición de la UEFA Champions se ha puesto preciosa tras la disputa de la 29ª jornada de LaLiga, donde el Valencia sale reforzadísimo tras vencer por 0-1 al Sevilla en el Ramón Sánchez- Pizjuán gracias a un solitario gol de Parejo de penalti.

Marcelino puso a su equipo el mono de trabajo y sacó un rédito excelente a sus ocasiones de gol para llevarse tres puntos de oro ante un rival directo en la pelea europea. En una jornada en la que pincharon Getafe, Alavés y Real Betis, los che vencieron en un partido de cuatro puntos en Nervión en el que también consiguieron imponerse en el goal average particular al Sevilla.

Sin hacer una exhibición, el Valencia subo explotar sus virtudes y los defectos de un Sevilla que acabó desquiciado ante su propia inoperancia ofensiva. Guedes, que acabó lesionado en la primera parte, y Gayá explotaron a la perfección la endeblez defensiva del carril derecho que tapaban Navas y Banega, que dio una oportunidad de oro a su ex equipo con un penalti tan claro como infantil al borde del descanso. A Parejo no le temblaron las piernas y engañó al debutante Javi Díaz desde los once metros.

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Caparrós, que sacó de sitio a Banega para poder acomodarlo en su innegociable 4-4-2, deshizo el experimento en el descanso. El argentino volvió a la sala de máquinas, aunque sin mejorar su mal partido, y Amadou se fue al banquillo. El Mudo Vázquez ocupó la derecha y junto a Ben Yedder tuvo las más claras para encontrar el empate pero Neto estuvo acertado en un cabezazo del francés.

El Valencia, apoyado en los centímetros de Gabriel y Garay, se defendía como gato panza arriba ante el juego sevillista. El equipo de Caparrós puso 34 centros al área pero echó de menos al lesionado André Silva en las batallas por arriba, donde Ben Yedder y Munir parecían niños jugando contra hombres.

Marcelino decidió no arriesgar más de lo necesario botín aunque demostró que a la contra pudo matar el partido, sólo salió una vez en todo el segundo acto y casi lo consigue pero el potente chut de Gameiro se estrelló en la madera. Como consecuencia, le tocó sufrir al final ante un Sevilla que le intentó con más corazón que cabeza y acabó pagando su frustración con el árbitro, que aceró al no pitar un penalti sobre Gonalons y anular un gol de galo en el descuento por fuera de juego previo.

Ahora, el Valencia llega al tramo final de la temporada con sus opciones europeas intactas, sueña con la Champions, mientras que aún puede tocar plata en la Europa League y la Copa del Rey. El Sevilla, pese al cambio de entrenador sigue más dudas que certezas y Caparrós aún tendrá que tocar más piezas para que su equipo sea fiable de cara a las 9 finales que le restan.

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