Nadie lo esperaba, el Sevilla no ganaba a un equipo de Primera División desde el pasado 2 de diciembre y la visita al Atlético de Madrid era vista como una nueva visita al purgatorio para un equipo herido tras perder el derbi ante el Betis y que no terminaba de arrancar ni con la llegada de Vincenzo Montella.
Sin embargo, al tercer partido de la caída ante los verdiblancos llegó la resurreción sevillista. El 1-2 lo pone por delante en la eliminatoria pero pase lo que pase en la vuelta en el Sánchez-Pizjuán, la victoria en el Metropolitano debe servir para levantar el ánimo de un equipo en depresión. "Necesitábamos un empujón emocional. No veníamos haciendo actuaciones muy buenas. Hoy nos sirve para seguir trabajando y confiar más que nada en nosotros", reconocía Correa, autor del 1-2, tras el partido.
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Al margen del empujón anímico, el juego del conjunto de Nervión mejoró los precedentes. La presión fue efectiva e hizo crecer desde una buena aplicación defensiva hasta acabar gagando confianza y velocidad para salir a la contra.
Mercado destacó como central, Muriel y Corchia, dos de los fichajes más criticados hasta el momento, lo hicieron casi todo bien. Rico, pitado hace menos de una semana por su propia afición, realizó tres paradas clave, Correa acabó protagonizando las tres ocasiones mas claras y N'Zonzi se pareció al jugador que hizo suspirar a la Juventus.
Próximos partidos
Vivos en la Copa, con toda una vuelta por delante para enmedar su situación en LaLiga y a la espera de fichajes, el panorama ha dado un giro tras sólo 90 minutos en un Sevilla que debe utilizar la victoria en el Metropolitano para resucitar. El sábado a las 13 horas y ante el Espanyol debe demostrar que no es un espejismo.
