Julen Lopetegui Real Madrid Viktoria Plzen UCL 23102018Getty

El Real Madrid vence pero no convence

OPINIÓN

Históricamente, el Santiago Bernabéu era un auténtico campo de minas para los rivales. Pisaran por donde pisaran, podían acabar quemados. Y es que cualquier error, fuera en la parte del campo que fuera, podía ser sinónimo de recoger el balón de las mallas propias. Esta temporada da la sensación sin embargo de que tienen que ser los jugadores blancos los que caminen con pies de plomo, trajes ignífugos y detectores de metales. Ni ante el Viktoria Plzen dejaron la sensación de poder apagar un fuego que sigue sin extinguirse en los círculos madridistas. Porque ganaron, sí, pero no convencieron, que era de lo que se trataba también. La misión sólo quedó parcialmente completa.

De hecho, hasta que Marcelo no marcó el 2-0 en el minuto 55 de partido, por momentos se rozó la tragedia en el coliseo blanco este martes por la noche. Y es que desde el primer instante se vio al cuadro checo muy inferior mientras que, antes incluso del minuto diez, Sergio Ramos había estrellado ya un testarazo al palo, y Benzema había adelantado a los blancos con un tanto de sencilla factura al rematar un centro medido del lateral Lucas. La noche invitaba a la goleada. Lo pedía el público. Lo necesitaba el equipo y, sobre todo, el entrenador Julen Lopetegui. Pero no llegó. Casi, al contrario.

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Pues las minas no paraban de estallarle a los blancos en los pies. En ataque, con ocasiones clarísimas que no entraban, como dos manos a mano de Benzema e Isco que se volvieron a marchar al limbo. Pero es que todavía era peor en defensa, pues las concesiones y los errores no forzados daban vida al Viktoria. Demasiada vida, y demasiado fácil, además. Sin casi tener que pelearlas. Hasta el punto de que quedó la sensación de que si en lugar de estar enfrente unos tales Petrzela y Limbersky (que tuvieron tres manos a mano entre los dos) hubieran estado Coutinho y Luis Suárez, posiblemente Lopetegui no hubiera llegado a sentarse ni en la segunda mitad del partido. De hecho, los pitos del Bernabéu con 1-0 al descanso sirvieron para dejarlo grabado a fuego en la mente de todos. 

Ese gol de Marcelo con más de media hora por delante sirvió para calmar los ánimos del Santiago Bernabéu un rato. Pero no para calmar la sed de sangre existente. Con el partido encarrilado y los tres puntos asegurados, era momento para los jugadores de haber reivindicado a Lopetegui en el campo, no sólo en los medios. Pero este ‘apoyo’ nunca llegó. A Benzema le anularon un gol que era legal, cierto. Y Lucas mandó fuera un cabezazo que parecía que sólo podía ir dentro, cierto también. Pero ninguno computó. Y al contrario, el Viktoria Plzen sí que marcó en la única vez que pisó el área blanca en la segunda parte casi al final del partido. Sin casi lucharlo, igualmente. 

El Real Madrid, de nuevo al desnudo: blando arriba, y muy blando abajo. Insuficiente una vez más dada su talla y la del rival. Así parece difícil que esta temporada pueda pelear por nada. Ha podido ser la bomba definitiva para la carrera de Lopetegui en el Santiago Bernabéu.

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