La Selección Colombia conquistó el planeta en los Mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018 con un fútbol vistoso, alegre y efectivo, de la mano de José Pekerman y con una nómina llena de jugadores de gran talento, jerarquía y experiencia internacional.
Sin embargo, de este gran equipo solo se mantienen vigentes, en buen nivel en el viejo continente unos pocos jugadores como David Ospina (Napoli), Juan Guillermo Cuadrado (Juventus), Radamel Falcao Galatasaray) y James Rodríguez (Everton), principal figura del cuadro cafetero y Bota de Oro del Mundial de Brasil, pero que parece haber perdido el entusiasmo al vestir la Tricolor que siempre lo sacó del abismo que era su permanencia en el Real Madrid.
Colombia vuelve a ser humillada, sin ideas, sin fútbol y con Queiroz al borde de la salida
Los constantes rumores de peleas, rencillas y malos tratos en el camerino de Colombia solo hacen daño, al no poder ser comprobados solo le hacen daño a la imagen de un equipo que parece derrumbarse desde antes de iniciar los partidos, pero más grave que los rumores es el silencio y la falta de líderes que tomen la palabra, por lo menos para decirle a la afición: "Perdón, nos equivocamos", responsabilidad que recae sobre un entrenador que parece quedarse solo cada vez que los resultados no son favorables.
GettyBasta con ver el espejo de la selección chilena, derrumbada tras dos años de un conflicto interno que involucró a Arturo Vidal y Claudio Bravo, la pelea llegó a tal punto que los técnicos que pasaron pro el banquillo optaban por dejar fuera de convocatoria al arquero que fue protagonista en las dos Copas América que ganó La Roja.
Si bien, Chile sigue siendo un equipo en reconstrucción, la presencia de Arturo Vidal y Alexis Sánchez, máximos referentes del equipo, líderes dentro y fuera de la cancha, además de goleadores que salvan partidos, parecen ser suficiente para que sus compañeros se inspiren y luchen hasta el final, a lo que se ha sumado la voluntad de Reinaldo Rueda por reunir a Bravo con Vidal para limar asperezas y contar con otra ficha importante pensando en Qatar.
Contrario al caso chileno, la generación dorada de Colombia parece quedarse sin liderazgo, lejanos están los días de Mario Yepes, Amaranto Perea y Faryd Mondragón, jugadores que dejaban el alma, tanto en el terreno de juego, como desde el banquillo, pues más allá de los egos individuales, jugaban "Unidos por un país", premisa que se ha desgastado con el tiempo y que al día de hoy suena nostálgica y algo irónica.
Parece que las últimas gotas de esa esencia de líder reposan en Radamel Falcao, diezmado por las lesiones, pero siempre dispuesto a aportar aún en la distancia con mensajes de apoyo y unión, esa que parece perderse entre titulares de prensa y rumores de pasillo y el silencio absoluto de los otrora ídolos y referentes, que parecen olvidar y pasar la página en cuanto suben al avión para regresar a sus clubes, mientras que dejan a la hinchada con el sinsabor y la humillación de lo sucedido.
Con crisis o sin ella, con divisiones, peleas o en armonía total, Colombia necesita voceros, líderes, jugadores que se comprometan, tanto en la victoria como en la derrota, que no dejen lugar a dudas de su amor por la camiseta aunque reciban nueve goles en dos partidos, en conclusión... Colombia necesita jugadores que se revienten y tengan hambre de ponerse la sagrada camiseta.