Josep Maria Bartomeu BarcelonaGetty Images

Barcelona: El dinero, ni en el campo ni en el banco


EDITORIAL

Hay pocas citas más cruyffistas que aquel "el dinero, mejor en el campo que en el banco" que el holandés le solía arrojar al presidente del Barcelona, Josep Lluís Núñez, cuando desde la junta rechazaban aflojar la pasta para fichar a jugadores de primer nivel. Johan Cruyff pretendía que los beneficios que generaba el primer equipo repercutieran en su propia regeneración mientras que el presidente, más pendiente de cuadrar balances que de otra cosa, le emplazaba a trabajar con lo que tenía. La universalidad de esa cita vuelve como un boomerang a la actualidad del Barcelona cada vez que se abre el mercado. Sin embargo, por primera vez en tres décadas ha dejado de tener validez porque actualmente el dinero del club catalán no está ni en el campo ni en el banco sino en el bolsillo de los jugadores .

La masa salarial sigue disparada y el Barcelona no ha sido siquiera capaz de reemplazar al lesionado Luis Suárez en el mercado de invierno a pesar de estar convencido de ello. No hay dinero suficiente repiten en el club desde hace temporadas en el mes de enero y en esta ocasión no querían traer medianías, vista la experiencia de hace un año con Kevin-Prince Boateng. Por eso el secretario técnico, Eric Abidal, descartó a Cédric Bakambu cuando le tenía preparado para viajar a Barcelona. Sin embargo, lo grave no es tanto que el Barcelona siga sin nueve aun habiéndolo intentado, que también, sino que el equipo es hoy más débil tras perder a tres del primer equipo -y dos del filial- y no haber ingresado más que 21 millones de euros.

Es decir, el Barcelona afrontará el tramo decisivo de la temporada con una plantilla formada por dieciocho futbolistas y Ansu Fati , que tiene ficha del Juvenil a pesar de seguir con el primer equipo sin que ello haya aumentado lo más mínimo el músculo financiero de un club que hoy es más débil que cuando celebró las campanadas de fin de año hace un mes. Lo peor es que el Barcelona está obligado a vender y si algo pone de relieve semejante huida hacia adelante es que el modelo es el que planteen personajes externos al club y a la planificación que se le presupone a una institución de esta magnitud y con tamaño nivel de exigencia, como Jorge Mendes o André Cury.

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Eso sí, el Barcelona podrá cuadrar las cuentas   en la misma medida que siga vendiendo . Tiene un presupuesto que supera los mil millones de euros pero está obligado a vender por valor de 124 antes del 30 de junio. Desde el pasado 1 de julio ha ingresado 70 millones con las salidas de Malcom Silva, Sergi Palencia, Jean-Clair Todibo, Carles Pérez y Abel Ruiz, de las cesiones remuneradas de un Philippe Coutinho que no seguirá en el Bayern y regresará a final de temporada y de Moussa Wagué y Marc Cucurella, que pueden dejar otros 16 millones en caso de que el Niza y el Getafe ejerzan sus opciones de compra, y de la permuta financiera con la Juventus entre Alejandro Marqués y Matheus Pereira, valorada en 8 millones. Por contra, la cesión de Aleñá es a pelo, sin dinero de por medio, como la de Wagué.

Así que todavía faltará ingresar, como poco, unos 54 millones de euros más en ventas antes del 30 de junio. Mientras, ni la estatua a Cruyff ni las pancartas en defensa de la Masia han evitado que, deportivamente, tanto el equipo como el club sean hoy un poco más débiles , víctimas como son de una masa salarial disparada y de una planificación deportiva y financiera por lo menos mejorable.

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