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Marcelo Gallardo Matias Biscay River Arsenal Torneo Liga Profesional 19092021Getty Images

El desahogo de ganar un partido que muchas veces costó demasiado

La historia de Marcelo Gallardo está repleta de gloria y éxitos, al punto de estar cada vez más cerca de redondear 200 triunfos como entrenador durante estos siete años y monedas. Pero entre aquellos partidos en los cuales no consiguió ganar, también abundan aquellos como el choque ante Arsenal: de local, con el cartel de favorito y ante un rival cuyo único propósito es la resistencia.

Porque para un equipo cuya máxima virtud es la de romper líneas con un juego mixto, que por momentos lateraliza pero cuando ve el espacio clava el puñal en forma vertical, nada más incómodo que tener espacios hasta la antesala del área grande, lugar en el cual aparece una guardia pretoriana que con alejar el balón siente que su objetivo principal está realidazado, pero del cual también hay que cuidarse porque si uno de esos "pelotazos" provoca un error defensivo, todo queda en manos de Armani para no sacar del medio. Demasiada responsabilidad para quien esta noche fue uno de los allegados que pudo ingresar al campo de juego y observar el encuentro desde un lugar privilegiado. 

Y entonces, el recurso pasa a ser el remate desde media o larga distancia, que no es la especialidad de los equipos de Gallardo. Que se puede ensayar, ejercitar y cada jugador puede patear en el River Camp hasta que se le canse la pierna. Pero en la cancha y por los porotos, aparecen múltiples factores que transforman en azaroso el resultado de los disparos

El reloj marcaba 73 minutos cuando, por fin, Angileri pudo llegar hasta el fondo y, en modo hockey sobre césped, enviar un córner corto que se desvió en Emiliano Méndez para ponerle fin a la heroica resistencia del Viaducto. Y el resultado pudo quedar mejor decorado si Baliño, a instancias del línea, no anulaba el gol lícito de Enzo Fernández.

Cada vez que se buscan los motivos por los cuales el Millonario no ganó un torneo local en este ciclo, se menciona la doble competencia y no poder ganar los partidos "ganables". El primer punto quedó en el olvido hace un mes con la eliminación de la Copa Libertadores y el segundo pareciera comenzar a revertirse con triunfos como éste que lo ubican, transitoriamente, como el único escolta del líder Talleres.

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