Gerard Pique BarcelonaGetty Images

El Barcelona no merece un pasillo si no está dispuesto a hacerlo

OPINIÓN

Enhorabuena al Barcelona por su doblete de esta temporada de Liga y Copa del Rey. Que quede bien claro desde el principio. Porque se lo merecen, por su magnífico papel en España en la presente temporada. No es fácil ganar una Liga. Menos aún si no has perdido ningún partido por el camino. Y sumándole además una Copa del Rey también. En Barcelona tienen motivos para estar contentos. De verdad. Otra cosa es que tengan razones suficientes para reclamar, pretender o esperar el clásico pasillo que homenajea a los campeones si éste debe llegar de parte del Real Madrid. El Deportivo lo hizo la pasada jornada. Bueno. Pero hay que entender al Real Madrid cuando se niega a hacérselo al Barcelona.

Y es que hace apenas seis meses fue el propio Barcelona el que se negó a hacerle el pasillo al Real Madrid en el Clásico de diciembre, cuando los blancos acababan de aterrizar de Abu Dhabi tras conquistar el Mundial de Clubes y cerrar el año con más títulos de su historia: cinco. ¿Los motivos? Que ellos no hacían el pasillo a campeones de competiciones que no hubieran disputado… aunque sí lo hicieran en 2006 con el Sevilla campeón de Europa League. También, según Ernesto Valverde, porque el pasillo se había desvirtuado… aunque él sí se lo hiciera al Barcelona campeón del Mundialito cuando entrenaba al Villarreal en 2010. Quién sabe, osaré ser perspicaz, pero viendo semejantes contradicciones juraría que el Barcelona simplemente no hizo el pasillo al Real Madrid porque no le dio la gana. Y que lo argumentado eran simples paparruchas que vender a los suyos. Sin más. 

Porque de todas formas, el club en general siempre ha gustado de vivir al filo de lo ético y lo reglamentario, con la elasticidad que ellos decidiesen en cada momento, bajo el inmenso paraguas del que gozan como gran e influyente institución que son. Ya sea para no presentarse a un partido de Copa, para justificar una sanción de FIFA y de UEFA, para retrasar el inicio de un partido de Liga por un temporal climatológico que estaba previsto, para jugar un partido a puerta cerrada después de intentarlo suspender, para amparar que un jugador acuse al presidente de otro club de mover los hilos del país, etcétera, etcétera, etcétera. La de diciembre de no hacer el pasillo fue sólo una más. Imposible por tanto de defender y asumir que no se hizo por lo que dijeron que no se hizo.

De ahí que sea entendible que el Real Madrid se haya negado. Están en su derecho. Y Zidane lo explicó perfectamente este sábado en rueda de prensa. Con las demostradas contradicciones, el Barcelona no tiene talla ética para reclamarle nada a los blancos en cuestión de pasillos. No pueden pretender ganar Miss España si no se presentan al certamen. En diciembre creyeron aprobar los parciales, y ahora en mayo se han encontrado con que en realidad todos sabían que habían hecho trampas en los exámenes de Navidad. Es una pena. Ojalá que después de esta doble maniobra, se restaure de nuevo la bonita y deportiva tradición del pasillo entre todos los clubes españoles. Incluidos, por supuesto, los dos gigantes de nuestro fútbol. Pero esta vez el Barcelona no merece ningún homenaje si no estuvo dispuesto a hacerlo a un rival. Ni por parte del Real Madrid, ni de ningún otro.

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