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Mauro Icardi Inter Sampdoria Serie AGetty Images

"El Barcelona de Icardi era como una familia y no se adaptó"


LA INTRAHISTORIA

Mauro Icardi y el Barcelona se buscaron pero no se encontraron a pesar de que lograran unir sus destinos en 2008, cuando este delantero nacido en Rosario abandonó el Vecindario, en las Islas Canarias, donde se había trasladado junto a su familia a los nueve años, para recalar en la Masia la misma temporada que otro rosarino como él, Leo Messi, lució el 'diez' azulgrana por primera vez.

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Sin embargo Icardi no logró seguir los pasos de Messi a pesar de ofrecer unas condiciones indiscutibles para el fútbol. Su paso por  el fútbol formativo azulgrana le hizo entender que para triunfar debería mirar más allá del Camp Nou que mañana pisará en calidad de rival.

Hubo un tiempo, no obstante, en el que Icardi fue una de las perlas de la Masia. O debía serlo cuando se incorporó a la disciplina del Cadete A azulgrana, un equipo que contaba con una de las mejores generaciones de todos los tiempos y que jugaba de memoria. "No hay muchas generaciones en la Masia que hayan estado tan unidas a lo largo del tiempo y todavía hoy nos reservamos una semanita juntos en Ibiza por lo menos" recuerda Iván Balliu, actualmente defensa del Metz francés, ante el micrófono de Goal. Icardi se integró en un equipo que vivía como una familia. Balliu apunta que "quizá no éramos conscientes de donde estábamos y vivíamos la competencia de una forma muy sana, en el fútbol base siempre te dan oportunidades e intentábamos aprovecharlas cuando llegaban".

A Icardi le costaba un poco más que al resto. Oriol Romeu, hoy en el Southampton inglés, recuerda que "era muy suyo" en el aspecto personal. "Estaba siempre arropado por su familia" a pesar de vivir en la Masia "y se relacionaba lo justo", lo cual no ha evitado que el rosarino del Inter, a su vez, tenga un grato recuerdo de aquella etapa. "En alguna ocasión hemos coincidido y siempre ha venido a preguntarme por mí y por el Barcelona", buena prueba de que Icardi también se empapó de los valores de la Masia a pesar de que lo tuviera más complicado que el resto. "No tanto por una cuestión personal como técnica" apunta el periodista Jaume Marcet, uno de los mayores conocedores de la Masia.

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"No ofrecía un perfil combinativo como el de la mayoría de delanteros que teníamos en la Masia sino que sabía aguantar el balón y era un gran rematador" señala Balliu, quien recuerda "lo bien que se le daba el juego directo y pelearse con los centrales rivales". Sin embargo, estas características "no eran exactamente lo que requería el estilo de delantero que debía encajar en el modelo". 

Marcet apunta que Icardi "era un prototipo de delantero muy de área, un excelente rematador con un gran juego aéreo, pero distinto a lo que se llevaba entonces en la Masia", más pendiente de otras facetas del juego. "No era un jugador demasiado combinativo ni que entendiera o participara en el juego, se le solía ver aislado y desconectado" en ocasiones a pesar de que "es uno de los mejores rematadores de cabeza que he visto en el fútbol formativo del Barcelona". Aun así, "no se le veía del todo cómodo en el juego, no enlazaba entre líneas ni caía a la banda sino que ofrecía un perfil más estático y en aquellos momentos se le pedía una movilidad que no tenía".

Lionel Messi Mauro Icardi ArgentinaGetty

En su segunda temporada, además, Messi empezó a jugar como 'falso nueve' a las órdenes de Guardiola y, con él, todos los equipos de la base. Ello perjudicó, más si cabe, el juego de Icardi. Los entrenadores de la Masia les pedían a sus delanteros que "bajaran a la media a recibir y ofrecieran más cosas que meros remates a puerta", así que Icardi, infalible en el área, "quizá no estaba preparado para asumir estas tareas porque sus características eran otras".

De hecho en su último año como azulgrana, la temporada 2010-2011, le sucedió lo mismo que a Zlatan Ibrahimovic en el primer equipo. Su destino fue parecido a pesar de que Icardi hiciera las maletas ya en invierno con destino a la Sampdoria como cedido hasta final de temporada. Ya no regresaría, pues el club genovés pagaría los 400.000 euros que costaba su ficha federativa. El resto, como suele decirse, es historia.

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