Joan Laporta tiene la posibilidad, si así lo acaba decidiendo de forma consensuada la junta directiva, de firmar la adhesión del Barcelona al proyecto de LaLiga Impulso que en su día rechazó. Tras meses de negociaciones, el club azulgrana, LaLiga y CVC Capital Partners -el fondo de inversión que financia el programa- están a muy pocos flecos de cerrar un acuerdo para modificar parte de las condiciones que ese contrato inicial contenía y por las que el Barça no quería pasar. Según ha podido saber Goal, a día de hoy, ese acuerdo se está preparando para que el departamento jurídico del club haga una última revisión y el presidente lo acabe firmando como máximo responsable de la entidad. Si no sucede un milagro y el Barcelona cierra la venta de Barça Studios de manera inmediata -nos reconocen que es prácticamente imposible porque todavía se estudian ofertas-, el club cerrará el acuerdo con LaLiga y CVC antes del 30 de junio.
Dicho pacto comportará la llegada de más de 250 millones de euros a las arcas azulgrana, una inyección necesaria para superar la crisis económica en la que el club sigue inmerso y que servirá para que la directiva y los ejecutivos se relajen en dos de los aspectos que más preocupan: cerrar el ejercicio con beneficios y conseguir margen para revertir el límite salarial negativo y dejar de depender de la regla 1/4. En definitiva, para poder operar con normalidad y tener la posibilidad de inscribir a jugadores sin la necesidad de ingresar grandes cantidades de dinero.
En el club no todos están de acuerdo en firmar con LaLiga y CVC, pero a día de hoy no hay alternativa porque no está previsto que llegue ningún ingreso extraordinario antes de terminar la temporada. Además, las condiciones del contrato se han revisado. El Barça se sentía muy incómodo computando esos más de 250 millones como deuda -y habiendo de asumir un 13% de interés-, teniendo ya más de 1.400 millones de endeudamiento y esperando a ampliar esa partida con los 1.500 millones que Goldman Sachs debe facilitar para la construcción del Espai Barça. Al resto de clubes no se les computa esa entrada de dinero como deuda, sino como un préstamo participativo con la garantía de devolverlo con la cesión el 10,8% de los derechos de televisión durante los próximos 50 años. Al ser Sociedades Anónimas Deportivas, CVC tiene la posibilidad de recuperar la inversión quedándose acciones del club si la entidad quiebra o deja de ingresar por los derechos televisivos (en el caso de descenso a categorías no profesionales). El Barça, como el Real Madrid o el Athletic Club, no es una SAD, y con la primera propuesta estaba obligado a computar ese dinero como deuda. Finalmente, CVC pagará por esos derechos de televisión.
"No es la mejor operación, porque no nos gusta ceder los derechos durante 50 años, pero hemos resuelto el 80% del problema", admite una fuente conocedora de las negociaciones. Otro problema menor del contrato, pero que también se ha resuelto, es el relativo a la obligación de trasladar a LaLiga los detalles del plan de negocio del club. Inicialmente, la patronal pedía -para ingresar el dinero- poder ver y estudiar los planes de negocio, de viabilidad, de inversión tecnológica y de infraestructuras a los clubes. En el caso del Barça, el club azulgrana ha conseguido quitar esas cláusulas adduciendo que nadie debe conocer documentos confidenciales referentes a su plan estratégico. El 20% restante que todavía queda por resolver -se está acabando de negociar- son las condiciones para que el club pueda invertir ese dinero en aquello que considere. Según las reglas actuales, el 70% del dinero debe invertirse en infraestructuras y mejora tecnológica, mientras que un 15% sirve para refinanciar deuda y el 15% restante para ampliar el límite salarial. Al Barcelona -como a otros clubes que verían bien una modificación general- no le interesan esas condiciones y su intención es liberarse de ellas. Los máximos responsables confían en que Javier Tebas, valorando el éxito que significaría esa firma, acepte allanar el camino.