Es posible que, al menos en términos relativos, Carlos Tevez sea uno de los últimos ídolos en actividad de la época dorada de Boca. A puro potrero, Carlitos se convirtió en el jugador del pueblo en Europa y volvió a la Argentina a tiempo para marcar diferencias y retirarse en el club de sus amores. Sin embargo, su historia en estos últimos casi seis años estuvo lejos de ser convencional. El Apache desandó mejor que nadie los caminos de la gloria y el abismo. En Goal, repasamos 12 momentos marcados a fuego en la recta final de su carrera.
LA VUELTA DEL HIJO PRÓDIGO
Getty ImagesLo que se esperaba que fuera una convocatoria de alrededor de dos mil o tres mil personas se convirtió en una marea de gente incontrolable: Carlos Tevez volvió a Boca un invernal lunes y reventó La Bombonera. Venía de jugar la Copa América y, un mes antes, la final de la Champions League ante Barcelona. Con 31 años, regresaba a pesar de tener ofertas para quedarse en Europa. Era el héroe que el Xeneize necesitaba, luego del lamentable episodio del gas pimienta y una nueva eliminación ante River en la Copa Libertadores 2015.
TODO A LA NORMALIDAD
ALEJANDRO PAGNI/AFP/Getty ImagesCarlitos no tardó en cumplir. Aquel primer semestre fue de novela, con varios goles y convirtiéndose en el líder de un plantel golpeado. Tuvo su cuota de polémica, cuando fracturó a Ezequiel Ham, pero, en definitiva, levantó dos títulos (el Campeonato de Primera División 2015 y la Copa Argentina 2015) que le permitieron al club volver a pensar en la séptima Copa Libertadores.
UN TROPEZÓN IMPERDONABLE
Getty ImagesLa alegría de los dos títulos se desvaneció enseguida y Rodolfo Arruabarrena, quien a pesar de todo nunca pudo agarrarse con fuerza del cargo, le dejó el lugar a Guillermo Barros Schelotto. El ciclo del Mellizo, sin embargo, no empezó del todo bien, con una dura eliminación ante Independiente del Valle. Esa derrota marcaría una inflexión en el futuro inmediato del Apache.
CARLITOS NO SE VA
Getty ImagesEntre rumores de una posible salida, el equipo de Schelotto se jugaba una seguidilla de partidos claves para mantener la cima del campeonato en la Superliga 2016/17 antes del receso de verano. Asistencia a Benedetto ante San Lorenzo, asistencia a Bou y gol ante Racing, otra asistencia a la Panterita y dos goles ante River y una asistencia a Centurión y dos goles ante Colón fueron sus últimos cuatro partidos en aquel 2016. Un cierre de año a lo grande que invitaba a disipar cualquier rumor. Pero...
DE HÉROE A VILLANO
GettyUn escueto mensaje en la madrugada grabado con un celular fue todo lo que Carlitos le dejó al hincha que un año y medio atrás había llenado La Bombonera solo para verlo hacer unos jueguitos. Al día siguiente, estaba en China, del otro lado del mundo, en un equipo desconocido de una liga desconocida a cambio de una verdadera fortuna. "Me frustró no poder ganar esa Libertadores (la del 2016). No quería saber nada, pensé en no jugar más. Me sentía vacío", explicó, mucho tiempo después, ya de regreso en Argentina. "El mundo Boca te agota. Cuando volví, todo era culpa mía. Si se equivocaba el utilero o el de prensa, la culpa era mía. Sentí que quedarme era hacerle daño al club. Hoy, no me mueven más", agregó.
SEGUNDA VUELTA
EITAN ABRAMOVICH/AFP/Getty ImagesInesperado o no, las cosas en China no fueron para nada bien y Tevez decidió pegar la vuelta. Fue solo un año el que estuvo alejado del club y que dinamitó esa increíble idolatría. Una que le costaría -y le cuesta- caro recuperar. "La plata no compra la felicidad", dijo en la conferencia de prensa en Cardales, cuando fue presentado junto a Emmanuel Más y Daniel Angelici. Un verdadero contraste a la elaborada fiesta en 2015: no hubo ni un hincha y muchísimo menos cobertura mediática. Él tampoco quiso engañarse a sí mismo y y le dejó la capitanía a Fernando Gago y la '10' a Cardona.
BICAMPEÓN Y ¿RECONSTRUCCIÓN?
Agustin Marcarian/Getty ImagesSu excursión en Asia, sin embargo, no solo le costó su cariño con la gente, sino también gran parte de su nivel futbolístico. Ya no era figura ni salvador y su relación con Guillermo Barros Schelotto estaba rota. Un año más tarde explicaría que él le había prometido que iba a quedarse y que no le comunicó su decisión final. No había privilegios para el Apache esta vez, quien habitualmente ocupaba el banco de suplentes. A pesar de ello, Boca logró la segunda Superliga consecutiva al mando de los Mellizos, pero antes sufrió otro tropezón ante River en la Supercopa. Ese nuevo triunfo de Gallardo, sin embargo, no sería lo peor de aquel 2018.
UN DOLOR HISTÓRICO
Matthias Hangst/Getty ImagesBoca se lució en la Copa Libertadores. Hizo un gran certamen, dejando afuera a Libertad, Cruzeiro y Palmeiras -todos definiendo como visitante-. Era el regreso del Xeneize a una final luego de seis años y Tevez sabía que tenía la posibilidad de volver a ponerse a la altura -o hasta superar- en el Olimpo a Juan Román Riquelme. Enfrente, el desafío más grande de la historia: River. Otra vez. 2-2 en La Bombonera, piedrazos en el Monumental, suspensión, Madrid y derrota 1-3 en el Bernabéu. ¿Retiro?
EL EMBLEMA QUE NO FUE
Getty ImagesLa histórica final marcó el cierre del ciclo de Guillermo Barros Schelotto en Boca y le dio paso a Nicolás Burdisso y Gustavo Alfaro. En una grata presentación, aseguró que una de sus principales tareas sería recuperar a Tevez. "Es nuestro emblema", aseguró. El Lechuga arrancó ganando la Supercopa y remontando en la tabla de posiciones de la Superliga para meter al equipo en la Copa Libertadores de 2020. La derrota en la final de la flamante Copa de la Superliga fue una piedra en el camino, pero que en ese entonces no parecía tan grave. Carlitos, mientras, sumaba cada vez menos minutos y el plantel se desarmaba. El segundo semestre, con el Apache cómodo en el banco, las cosas ya no andaban bien: lo desnudó su enojo en el Monumental y cara para la televisión. "Me faltó el respeto", dijo, después. A pesar de todo, el Xeneize llegó a semifinales de la Libertadores y... Figurita repetida. El River de Gallardo volvió a imponerse. Las elecciones en diciembre empujaron a Alfaro afuera del club y a la fórmula Ameal - Riquelme, adentro. Y el '10' olió una última oportunidad de la mano del último '10'.
LA REDENCIÓN
Getty"Tenemos que hacer que Carlitos quiera volver a jugar a la pelota como en el barrio", dijo hasta el cansancio Juan Román Riquelme durante la campaña para las elecciones. De eso se trataba. De volver a prender el fuego sagrado. Charla mediante, se dijeron "las cosas en la cara" -hubo algunos cortocircuitos en los años anteriores- y todos a tirar para adelante. Miguel Ángel Russo le devolvió el protagonismo y él, como en aquel semestre de 2015, respondió: se convirtió en la gran figura de un título histórico, arrebatado en la última fecha a River.
EL TÍTULO MENOS CELEBRADO
GettyDespués del extenso receso por la pandemia, en la cual fue protagonista por la dilatada negociación para renovar su contrato, la puja verbal con el Consejo de Fútbol y aquella calificación de "exjugador" de parte del Patrón Bermúdez que hizo tambalear su continuidad, además de su contagio de Covid, un supuesto "picadito" en tiempos de aislamiento y la inactividad que parecía interminable, el final del 2020 y el inicio del 2021 fueron una montaña rusa de emociones: sufrió por el fallecimiento de Diego Maradona, el inicio de la enfermedad de Segundo, su padre adoptivo, la dolorosa eliminación ante Santos en la semifinal de la Copa Libertadores y el desahogo, con poco más para celebrar, que significó ganar la Copa que lleva el nombre de su máximo ídolo, con aquella final ante Banfield. Demasiado para tan poco tiempo, días en los que obviamente volvieron los replanteos sobre su futuro, sin saber que sería el principio del fin.
UN GOLPE DEL QUE NO PUEDE RECUPERARSE
AFPEl 21 de febrero, el plantel de Boca llegaba a Rosario para visitar a Newell's, pero una noticia sacudía la concentración: después de varios meses internado, en estado "irreversible" confirmado por el mismo Apache, fallecía Segundo, su padre adoptivo, el hombre que se hizo cargo de su crianza y que marcó a fuego su forma de ser. Ese día, Carlitos regresó para estar con su familia y recibió una licencia que se extendió por 10 días, en los cuales, obviamente, se barajó permanentemente la posibilidad de nunca volver a pisar una cancha. Finalmente, regresó el 2 de marzo a los entrenamientos y a jugar el domingo siguiente, en la goleada 7-1 sobre Vélez. Sin embargo, en su semblante se notaba el dolor y todo terminó con su eliminación en la Copa de la Liga Profesional en semifinales ante Racing, donde tuvo un flojo partido y erró su penal, en lo que será su última imagen con la azul y oro.
