EDITORIAL
La guerra entre Neymar Da Silva y el Barcelona sigue adelante y hoy ambas partes están citadas a partir de las diez de la mañana en el juzgado número 15 de lo social de Barcelona. No se espera la presencia ni del jugador ni de Josep Maria Bartomeu por cuestiones de agenda pero si algo queda claro es que la condición más importante de las cuatro que exigió el club al brasileño para apostar por su fichaje el pasado verano no se ha producido.
Sin nada que ver en el Caso Neymar 1 o 2, el inicio de estas demandas cruzadas tiene su origen en los días posteriores al fichaje de Neymar por el PSG. Entonces el brasileño demandó al Barcelona, que había depositado en una notaría los 26 millones de euros pendientes de pago de la prima de renovación de 40 que el jugador firmó en 2016. Neymar pide, además, un diez por ciento de estos 26 millones en concepto de daños y perjuicios. El club, por su parte, respondió con otra demanda de 75 millones de euros al jugador por incumplimiento de contrato.
De esta forma, la relación entre el Barcelona y Neymar retoma el cauce de la tensión habitual desde que se marchó al Parque de los Príncipes y que apenas vivió un paréntesis en verano, cuando se sucedieron varios guiños entre las partes con la intención de convencerse mútuamente y convencer también al PSG para que accediera a vender a Neymar a su antiguo club. Como no sucedió el brasileño nunca llegó a retirar la demanda y hoy debe volver a verse las caras, aunque sean las de los abogados de cada parte, con el mismo Barcelona con el que flirteaba hace tan solo un mes.
