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Cuántos mexicanos han jugado en River y Boca

Son dos de las instituciones más laureadas y reconocidas a nivel mundial y, como prueba de ello, Boca y River disputarán una final para definir al campeón de América en la Copa Libertadores 2018. Un buen momento para recordar a aquellos compatriotas que también estuvieron presentes en ambos elencos.

CÓMO VER LA FINAL DEL SUPERCLÁSICO

Alberto García Aspe y Luis Hernández, coincidentemente en la década de los 90, han sido los dos únicos que saben lo que es defender la banda roja, y el azul y amarillo respectivamente.

A continuación revisamos cómo le sonrió (o no) la suerte a cada uno:

El artículo sigue a continuación

GARCÍA ASPE


García Aspe River 111118

Fue el primero en 1995. Parecía una decisión extraña porque el Beto venía de salir campeón con el Necaxa. El mediocampista eligió Argentina para el siguiente paso en su carrera para sorpresa de todos. El conjunto Millonario pagó bastante por su cesión y un sueldo por encima de la media para esa época en dicho país.

Sin embargo, todo se tornó en su contra cuando el técnico Ramón Díaz afirmó que él no había pedido esa operación. Prácticamente lo marginó el Pelado, pues apenas disputó cinco encuentros y estuvo bajo la presión de una afición y prensa exigente. Lógicamente regresó a México a los seis meses nuevamente con los Rayos.


MATADOR HERNÁNDEZ


Matador Hernández Boca 111118

Diego Maradona lo vio jugar en la Copa América de Bolivia 97, le gustó y lo recomendó apenas terminó el torneo continental. Los Xeneizes lo presentaron con bombo y platillo. Su parecido físico con uno de los ídolos del club, Claudio Caniggia, generó interés.

Pero, para su mala fortuna, poco después a su arribo, el Bambino Vieira lo dio de baja en la liga debido al sobrecupo de extranjeros. Por lo tanto sólo le quedó participar en la Supercopa, donde debutó con un gol a Colo Colo en La Bombonera.

Aunque lo peor estaba por venir en la siguiente ronda del certamen: a Boca lo eliminaron y Luis perdió cualquier posibilidad de alinear. Así, sin pena ni gloria, culminó su aventura.

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