LA INTRAHISTORIA
La Selección Española se enfrenta este domingo a Rusia por una plaza entre los ocho mejores equipos de la Copa del Mundo. Hasta el momento, y bajo una concentración frenética, La Roja ha dejado muchos altibajos. Comenzando mucho mejor en Rusia de lo que continuó su andadura ante Irán y, sobre todo, Marruecos. Eso sí, si hay algo que se ha mantenido perenne en estos quince días de Mundial en España es el sobresaliente nivel de Isco Alarcón. Quien ha demostrado ser el nuevo e indiscutible faro del equipo nacional.
Isco Alarcón, autocrítico: "Nos tenemos que poner las pilas"
El malagueño siempre sintió una conexión especial con Julen Lopetegui -al que conocía de las categorías inferiores-, y fue con el técnico vasco con el que logró sus cotas más altas en la Selección Española. Ahora con Fernando Hierro ha mantenido el listón en lo más alto, siendo objeto de loas de su seleccionador incluso. Aunque, a decir verdad, el técnico malagueño siempre tuvo también una química especial con Isco. A quien considera de un valor incalculable en el mercado futbolístico actual. Y lo cree así porque le conoce desde hace mucho tiempo, además. Concretamente, desde que el mediapunta contaba apenas quince años.
Fue entonces cuando a Hierro le advirtieron de un talentoso chico que era de su tierra (Málaga) y que entonces militaba en el Valencia. No dudó en ir a verlo. A La Rioja, durante un partido de una selección territorial. Con tantísimos tiros pegados en el fútbol y la maleta llena de experiencias, el hoy seleccionador estuvo tentado de marcharse de allí. ‘Pero dónde puede estar el talento aquí’, confesó a sus acompañantes aquel día. Pero sí que estaba. Y tanto. No obstante, Hierro apenas duró diez minutos en el campo. “¡No necesité quedarme más tiempo para descubrir un talento bestial! Ya estaba todo visto”, confesaba el ahora seleccionador nacional a Goal en una entrevista a principios de esta misma temporada.
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Tras aquella revelación en La Rioja, Fernando Hierro le siguió observando de cerca. Especialmente durante su primera etapa en la Federación Española: el Mundial Sub-17, la Selección Española Sub-19, el Europeo Sub-21 donde fueron campeones, e incluso cuando luego después aterrizó en el Málaga. Hasta coincidir en el Real Madrid en la temporada 2014-15, con Hierro haciendo de asistente de Carlo Ancelotti, después de toda una vida viendo sus evoluciones.
Aquellos fueron los días en que el técnico italiano trató de convertir a Isco en su Seedorf particular. Sin éxito. Pues ha sido cuando ha jugado más cerca del área, y con menos metros por recorrer, cuando el ‘22’ de la Selección Española ha encontrado su punto álgido en los últimos años. Justo como está jugando también durante el Mundial con Hierro a los mandos, y no tanto como cuando hacía de interior en el Real Madrid para ejercer de guardaespaldas de la BBC con Ancelotti.
Aunque, según confesaba en esa misma entrevista, para Hierro lo más importante para sacarle el máximo partido a Isco no está tanto en la posición, sino sobre todo en la psicología: “Siempre me ha parecido un jugador determinante. Por su constitución y su forma de entender el fútbol, Francisco [así es como le llama, y no solamente Isco] necesita confianza y sentirse él mismo con confianza, y jugar domingo tras domingo. Juega un fútbol que sólo ve él y que sólo entiende él. Con confianza y su talento lo tiene todo”.
Justo de lo que goza ahora mismo durante este Mundial: confianza, su ya pulido talento innato y también un buen tono físico, tal y como él mismo ha confesado públicamente. La siguiente prueba, el domingo ante Rusia. Una prueba sin red para España y para Hierro. Quien, una década después de descubrirle en aquellos campos de La Rioja, se encomienda a Isco. Sabe perfectamente lo que hace.
