Por Iván Vargas.- Días de vino y rosas en Vallecas. De aficionados subiendo ilusionados la Avenida de la Albufera para ver a un equipo que de la mano de Andoni Iraola se ha convertido en una de las sensaciones de la temporada. Que el Rayo Vallecano vive uno de los mejores momentos deportivos de su historia es indudable. Después de una brillante temporada pasada que dejó para el recuerdo una clasificación para semifinales de Copa del Rey, el club ha sabido mantener las piezas más importantes de su plantilla para confirmarse como un rival sobrio en casa y tremendamente incómodo fuera de su estadio.
Por el cadalso vallecano han pasado Real Madrid, Valencia o Sevilla y tanto FC Barcelona como Atlético de Madrid vieron como el cuadro de la franja se llevaba puntos de sus estadios. Estos resultados han llevado al club a la zona europea. Actualmente sexto en la clasificación, el Rayo recibe este mismo fin de semana al Athletic Club en un duelo que puede ser un punto de inflexión de cara a lo que viene por delante. Una victoria dejaría prácticamente certificada la permanencia una temporada más en Primera División y llegaría el turno para soñar.
Estos días de “La vida pirata”, de fantasear con un “El año que viene Rayo-Liverpool” y de que se pida la presencia de Fran García, Isi o Álvaro García en la primera convocatoria de Luis De la Fuente, son también los de los golpes en el pecho desde la presidencia. Sentarse en el palco con Florentino Pérez, Joan Laporta o Enrique Cerezo y hablar de la imposibilidad de competir con la Premier League debido al pasado colonizador del imperio inglés y que Australia y Estados Unidos sean “descendientes” de Reino Unido, nublan una realidad preocupante y de la que muchos medios no parecen querer hacerse eco.
Pese a que hace apenas un par de semanas le presentaban como “el presidente de moda” en una charla radiofónica, Raúl Martín Presa, está lejos de lo que cabría esperar de un máximo mandatario. Todas las miradas están puestas en el buen hacer del primer equipo, pero que Iraola esté sacando petróleo de su plantilla no debería evitar que los habituales sobones de lomo preguntaran al máximo mandatario qué sucede con los sueldos de los técnicos de la cantera, los alquileres de los pisos de las jugadoras del femenino o los futbolistas del juvenil.
La otrora bien valorada cantera está completamente abandonada, al igual que sucede con los campos de entrenamiento de la ciudad deportiva. Los chavales tienen miedo de entrenarse debido al estado de los terrenos y ya son varios los disgustos en forma de lesiones. Mención aparte merece el femenino. Un equipo que ganó la Copa del Rey en 2008 y las Ligas de 2009, 2010 y 2011 se pudre ahora en la segunda categoría. Una escuadra que fue capaz de meter 8000 almas en Vallecas en un partido de Liga de Campeones frente al Arsenal un 4 de noviembre de 2010, mientras ese mismo día el Getafe masculino tan solo conseguía reunir 3000 aficionados en Europa League frente al Stuttgart, vaga ahora perdido de la mano de Dios.
“No es rentable”. Así intentaba explicar el presidente su intención de convertir al femenino en amateur en 2014. Ese que más títulos ha dado a la entidad en toda su historia y paseó el nombre del barrio por Europa. Cuando llegó a la presidencia Martín Presa, el equipo acababa de lograr el título de campeón. Tres años después, el máximo mandatario, mostraba su intención de liquidarlo. Tan solo la ola de apoyo recibida desde los distintos sectores impidió la muerte instantánea, aunque esto tan solo logró alargar la agonía. Se cambió un disparo en la cabeza por una puñalada en el costado. El presupuesto del equipo fue disminuyendo paulatinamente mientras se multiplicaban las decisiones desacertadas. La más alarmante, la apuesta para el banquillo de Carlos Santiso, técnico que en una conversación de WhatsApp apuntó que no era mala idea violar a una mujer para fomentar el espíritu grupal.
Capaz de despedir a la jugadora con más partidos con un simple tweet (Alicia Gómez) o que se intentara impedir la retirada de la máxima goleadora de su historia (Natalia de Pablos), los capítulos de película de Berlanga se siguen sucediendo. Ese mismo presidente que acabó a puñetazos con los agentes de Raúl De Tomás el último día de mercado de fichajes o que llegó a señalar que “Marcelino es como el piloto loco de Lufthansa que estrelló el avión” debido a una derrota del Villarreal ante el Sporting de Gijón que condenaba a los vallecanos a Segunda, está siendo protagonista en la progresiva desintegración de la sección más laureada de la entidad mientras gran parte de la prensa calla y ríe sus ocurrencias.
Iván Vargas


