Hay debates que son abstractos, pero, de todos modos, Antonio Valencia ya juntó varios pergaminos para ser considerado el mejor futbolista ecuatoriano de la historia. Esas mismas medallas que se fue colgando en los últimos 15 años, desde su debut en El Nacional de Quito en 2003, estarán en la mochila que lleve a Brasil 2019, donde jugará su cuarta Copa América, después de haber participado en Venezuela 2007, Argentina 2011 y Estados Unidos 2016.
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El Toño, como se apoda, se desempeña hace casi diez años en Manchester United, club que lo compró en 2009 por 26 millones de dólares, siendo así el jugador más caro de la historia ecuatoriana. Allí, en Inglaterra, se destaca ahora como capitán del equipo y sigue recibiendo elogios como el que le hizo este año el gran Danny Murphy, afirmando que el ecuatoriano “ha sido el mejor lateral derecho de la Premier League en las dos últimas temporadas”.
Son tantos los reconocimientos del lateral-volante-extremo que costaría enumerarlos. En 2017, por ejemplo, su gol frente a Everton, por la Premier League, fue elegido como el mejor del año para el club. También, en la temporada 2016-2017, lo destacaron como el mejor futbolista del United, el mejor lateral derecho de la Premier League e integró el equipo ideal de la UEFA Europa League. Ahora bien, el “mimo” que hizo más ruido en la prensa internacional lo recibió en 2014: la FIFA afirmó que Valencia era el futbolista más rápido del mundo.
Desde los 18 años (llega con 33 a la Copa América), el joven nacido en la provincia amazónica de Sucumbíos, muy cerca de la frontera con Colombia, actúa en la Selección de Ecuador, con la que escribió también su nombre en páginas doradas, jugando dos mundiales (en 2006 y 2014). Tendrá su estreno por el Grupo C enfrentando a Uruguay, luego se verá las caras con Chile y rematará la fase grupal ante Japón.
