Christensen: Bueno,bonito y barato

Andreas Christensen Barcelona unveilingGetty

Dice la ley no escrita del fútbol que los mejores fichajes son los que contienen las tres 'B': bueno, bonito y barato. Son los más difíciles de conseguir y cuando triunfan, proporcionan una satisfacción triple. Al jugador que lo disfruta, al público que le aplaude y al club que lo firma. Todo eso es Andreas Christensen. Tiene las tres "B": bueno, bonito y barato. Llegó sin hacer ruido, alejado de las luces de neón, lejos de la cultura del cromo caro, viendo cómo otros fichajes copaban los titulares de la prensa y pensando que, teniendo mucha competencia, podría jugar poco y tener que conformarse con el rol de suplente. Nada de eso. El danés ha sido todo aquello que busca un club grande como el Barça en tiempos de economía de guerra. Un tipo discreto, un profesional intachable y un defensa fiable. Mateu Alemany negoció su llegada al club. Tuvo paciencia, aguantó los envites de otros clubes, convenció al jugador, le sacó sin coste de traspaso y le firmó un contrato con un sueldo que encajaba en el complicado puzle salarial de un club al que no le sobra ni un céntimo de euro. Una operación redonda.

Nada más firmar, algunas voces críticas apuntaron que el Barça había firmado al "central malo" del Chelsea. El tiempo, que es muy sabio, ha puesto las cosas en su lugar. Como el campo no miente, el danés se ha asentado en el Camp Nou en tiempo récord. Lo ha hecho desde la humildad, el silencio y el trabajo. Poco ruido y mcuhas nueces. Por abajo, es cosa seria. Por arriba, un antiaéro. Al quite, manda. Al cruce, se anticipa. En el duelo, cuerpea. Y con el balón, no se complica. Flanqueado por Ronald Araujo, que es uno de los mejores centrales del mundo por su impresionante carrocería y velocidad, Christensen se ha revelado como el complemento perfecto del uruguayo. Y más allá de las paradas milagreras de Ter Stegen, del potencial de Koundé, de la bestia Araujo, del físico portentoso de Balde o de la impresionante versión que está ofreciendo Jordi Alba, Christensen se ha ganado un papel indiscutible en los planes de Xavi Hernández.

El año pasado,el Barça era un flan en defensa y encajaba goles de todos los colores y sabores. Este curso, el equipo de Xavi acumula hasta quince porterías a cero. Y ahí contribuye, de manera importantísima, Christensen. No acapara titulares, no es el más vistoso del mundo, no hace nada de ruido y no se lleva las ovaciones de la grada, pero cumple a la perfección con todo aquello que se le pide a un defensa del Barça. Siempre está bien colocado, siempre cumple la tarea y cuando se cierra, no deja pasar ni la humedad. Es un central bueno, bonito y barato.

Rubén Uría