
Quiero hablar de un futbolista muy especial. No, no voy a hablar de Neymar. Quería hablar de un jugador también especial como Dembélé. Y es que hay que reseñar la ruinosa inversión que ha hecho el Barcelona con él.
De los 120 últimos partidos que jugó el Barcelona, sólo en 66 jugó Ousmane Dembélé. Es decir, fue utilizado apenas en el 55% de sus posibilidades. Se lesiona fácilmente, es disperso, no tiene disciplina, no se centra y, además, tiene problemas de sueño. Es una inversión ruinosa.
El Barcelona, después de la marcha de Neymar, ha perdido un poco el equilibro. Ha fichado a Coutinho, a ArturoVidal, a Arthur, a Dembélé... El Barcelona debería controlar a su plantilla y ser más serio, porque lo que se avecina no es bueno.
Dembélé puede ser un gran futbolista, pero su manera de comportarse no es la más ideal. Y el problema no es de él, sino de quien manda, en este caso el FC Barcelona, que debería empezar a controlar estas situaciones.


