"Ojalá pase River". El anhelo de Carlos Tevez tras el empate ante Liga de Quito terminó haciéndose realidad: el Millonario igualó 1-1 con Cerro Porteño y, como dice el meme, "aquí vamos de nuevo". ¿Cuenta como revancha? ¿Está este Boca para, ahora sí, conseguir un triunfo? ¿Para eliminar al mejor de América? ¿Será la quinta vez la vencida?
Ninguna de esas preguntas tiene una respuesta satisfactoria, pero lo cierto es que el Xeneize tendrá que ir a todo o nada. All in. Y es que, ¿qué más tiene para perder? Poco más de lo que ya perdió. De allí debe agarrarse: de esta posibilidad de empezar a superar lo sucedido. De reescribir, aunque sea un poco, la historia contemporánea. Lo que pasó, pasó. Y este cruce se presenta como inmejorable para renacer. ¿Cuántas chances más, además, tendrá?
La mística del equipo de Marcelo Gallardo se construyó a base de títulos internacionales, la gran deuda hasta la llegada del DT. Pero también a espaldas de Boca, a quien elminó las tres veces que salió campeón. Por eso, el Xeneize debe construir su mística hoy a partir de eliminar a River.
Gustavo Alfaro tendrá la oportunidad cerrar un círculo que inició con Rodolfo Arruabarrena, pero que se perpetuó de la peor manera con Guillermo Barros Schelotto. Si la gran incógnita hace nueve meses era cuándo iba a repetirse semejate serie, la réplica es que será mucho antes de lo esperado. Y tal vez, mucho antes de lo deseado.
