Karim Benzema Real Madrid Eibar LaLiga 06042019Getty

Benzema salva al Real Madrid de otra desgracia

OPINIÓN

El Real Madrid salvó los muebles ante el Eibar casi in extremis. Después de una primera parte nefasta y una segunda mitad mejorable, al menos el doblete de Benzema permitió regatear una machada que hubiera sido ya difícil de justificar. Especialmente, antes del paso por los vestuarios al descanso. Si Zidane tuviese en cuenta este partido para su cásting en el mercado de fichajes, media plantilla tendría que haber salido del club este domingo al atardecer. Benzema amortiguó el impacto. Afortunadamente para el madridismo, ya queda menos para que eche abajo el telón la temporada.

Y es que la primera parte del encuentro puede que fueran los peores minutos del Real Madrid en años. Siendo realistas y nada hiperbólicos, ojo. Sin alma, sin corazón, sin ganas, sin valor, sin fútbol… Dorothy no hubiera encontrado peores compañeros de viaje por el mundo de Oz, desde luego. Los escasos cincuenta mil aficionados que acudieron al Santiago Bernabéu –cuarta peor marca de la temporada- tuvieron que contenerse mucho durante muchos momentos para que el partido no se convirtiera únicamente en un concierto de pitos. Y aun así, los silbidos al descanso, y especialmente a Gareth Bale, en varios momentos, fueron de los que ponen los pelos de punta a los inquilinos del palco. Ni aun habiendo ganado cuatro de las últimas cinco Champions, ni con la llegada de Zidane al banquillo, ni con la promesa de fichajes… la primera parte del Real Madrid ante el Eibar fue indigna de un equipo de semejante talla. Los partidos ante Huesca, Celta y Valencia estaban a años luz. Y ya es decir.

Zidane lo estuvo sufriendo en el banquillo, y a buen seguro que la charla al descanso tuvo que ser memorable. Porque la ocasión lo merecía, y porque el Real Madrid reaccionó tras el paso por la caseta. El Eibar de pronto dejó de ser ya el Milan de Sacchi. Los de blanco superaban la presión en campo rival, ganaban algún duelo, trenzaban alguna jugada y se acercaban incluso al área de Dmitrovic. Lo suyo, vamos. Hasta Benzema marcó. Quién si no. Había pasado una hora de partido, el gol de Cardona fue neutralizado (1-1) y por fin el Real Madrid daba síntomas de querer ganar el partido.

Tuvo que ser otra vez Benzema al minuto 80 quien certificara la remontada. Y otra vez con un testarazo picado a un centro desde la derecha. Menos mal para el madridismo. Porque el partido se estaba encallando de nuevo. Un empate a uno no hubiera sido suficiente. Paradójicamente, ya con el 2-1 en el electrónico, el Real Madrid todavía perdonaría la vida al conjunto armero en las postrimerías con tres ocasiones clarísimas de Benzema que se marcharon al limbo –incluido un poste-. Para eso está el Real Madrid en este final de temporada: para el lucimiento a favor de corriente. Otra cosa es cuando toca ir a la contra.

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