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Sebastian Battaglia Boca Campeon Copa Liga Profesional 22052022Marcelo Endelli/Getty Images

Battaglia y el ADN del Boca campeón de la Copa de la Liga Profesional 2022

La continuidad de Sebastián Battaglia estuvo en duda en más de una ocasión a lo largo del torneo. El entrenador supo reinventarse, crecer en la adversidad y terminó siendo determinante para la obtención de la Copa de la Liga Profesional 2022. El técnico transformó la crisis en alegría y acumuló un título que le permite trabajar con otra tranquilidad.

Los números del ciclo Battaglia: dos títulos en menos de 50 partidos

Boca en esta Copa de la Liga Profesional le ganó a seis de los otros siete equipos que clasificaron a los cuartos de final, entre partidos de la fase de grupos y de eliminatoria. Derrotó a Aldosivi en Mar del Plata, a River en el Monumental, a Estudiantes en La Plata, a Racing en Lanús y a Tigre en Victoria y en Córdoba. A Battaglia solo le faltó superar a Argentinos Juniors, rival con el que no pudo enfrentarse por el formato del torneo. Los triunfos los consiguió sin jugar en La Bombonera y recibiendo sólo un gol en contra (lo hizo Cauteruccio para el Tiburón).

Al principio del campeonato a Boca le costó y se notó que el DT no estaba totalmente convencido totalmente de cuál era el camino a tomar. En la primera fecha contra Colón el entrenador dejó de lado el enganche, apostó a un 4-3-3 y a Eduardo Salvio como titular, aún cuando Exequiel Zeballos venía de un gran verano. A partir de ahí el entrenador empezó a cambiar constantemente de esquema y de nombres, un poco por el nivel colectivo, pero también por la sumatoria de lesiones y sanciones que no le permitieron al cuerpo técnico darle continuidad a una misma formación.

Los resultados fueron igual de irregulares que el juego para Boca en las primeras jornadas. Al equipo le costó mucho imponerse en La Bombonera y la primera crisis llegó luego de perder en casa con Huracán. A Battaglia le tocó afrontar los rumores de salida justo en la previa de dos partidos complicados contra Estudiantes y River. Ahí el entrenador sorprendió incluyendo a Pol Fernández como volante central y sacó dos triunfos que le permitieron ganar tranquilidad. Mientras que en La Plata su equipo ganó con justicia, en el Monumental tuvo que sufrir, depender de Rossi, pero aún así logró una victoria que pudo ser más amplia y en la que por momentos superó tácticamente a Gallardo.

Todos los títulos en la historia de Boca

Esos triunfos importantes parecían que por fin le traerían calma a Boca y al cuerpo técnico, pero la realidad es que pasó justo lo contrario. En ese lapso inmediato al Superclásico se vio lo peor del equipo en el semestre, que al estar complicado en la Copa Libertadores, se vio obligado a tener una rotación muy profunda que no ayudó en lo futbolístico. Battaglia mostró su confusión y en esa mala racha dejó de lado el 433, probó con enganche, intentó con el doble nueve, ensayó un 442 y hasta se animó a poner cuatro delanteros. Las lesiones y sanciones se multiplicaron y eso tampoco ayudo: contra Lanús el Xeneize tuvo que utilizar dos centrales zurdos desde el arranque, algo que no pasaba en el club desde 1998.

La pésima actuación de Boca contra Godoy Cruz, en la que Javier García fue el único responsable de evitar la derrota, provocó por primera vez en mucho tiempo la división de los hinchas en La Bombonera. Ese fue el punto límite del que parecía que sería el fin de Battaglia en su cargo. El viernes previo al partido contra Central Córdoba los rumores indicaban que habría una reunión para la salida del cuerpo técnico, pero finalmente Riquelme y el Consejo de Fútbol decidieron sostener al entrenador en su cargo, aún con el riesgo de perder el campeonato y quedarse afuera de la Libertadores.

Battaglia entendió que estaba ante su última oportunidad y la aprovechó. El entrenador regresó a la idea inicial de la primera fecha contra Colón y decidió que el 433 sea su esquema base. Apostó otra vez a Eduardo Salvio como titular como en ese encuentro, regresó a Guillermo Fernández a su puesto de interno y le dio un lugar trascendental a Óscar Romero en su once. Si bien el inicio del partido en Santiago del Estero fue parecido a las actuaciones que hicieron que su puesto sea ponga en duda, teniendo otra vez a Javier García como figura, a medida que fue avanzando el encuentro se empezó a ver destellos del Boca que terminaría coronándose como campeón.

El camino del campeón: todos los partidos de Boca en la Copa de la Liga 2022

La victoria contra Central Córdoba fue el primer paso para la mejor versión de Boca en el semestre. El equipo le ganó muy bien a Barracas Central en La Bombonera y a Tigre de visitante, asegurándose un lugar en los cuartos de final del torneo. Battaglia decidió que Alan Varela pase a ser su volante central y esa fue la pieza que le faltaba para conseguir una mejora sustancial en lo creativo. El juvenil cambió el ADN de un Xeneize que desde su pase empezó a generar sociedades. Si bien Sebastián Villa no perdió importancia, el funcionamiento colectivo le quitó responsabilidad y dependencia.

Llegaron los partidos mano a mano y Battaglia también demostró estar a la altura. El primer desafío en esta instancia fue ante un entrenador muy bien considerado como Sebastián Beccacece, al que superó de manera rotunda en el duelo táctico. El 2-0 contra Defensa fue el punto más alto del campeón, que anuló por completo a su rival y hasta se quedó corto en el resultado. La polifuncionalidad de Óscar Romero, para ser enganche, interno por izquierda o extremo por derecha, fue otra herramienta que el técnico del Xeneize supo potenciar y aprovechar al máximo. El paraguayo aportó su pegada, su visión, sus pases filtrados y también un sacrificio inesperado que sirvió para equilibrar un once que desde los nombres y características es muy ofensivo.

En la semifinal tocó Racing y una prueba diferente para Boca. El conjunto de Gago fue muy superior en la primera media hora, pero la falta de efectividad provocó que no pudieran conseguir ponerse en ventaja. Si bien lo del Xeneize fue muy pobre en lo ofensivo, Battaglia logró hacer los ajustes necesarios para que su equipo no sufra en todo el segundo tiempo y pueda llevarse desde los penales un partido que fue adverso en el juego.

En el duelo por el título Boca despejó cualquier tipo de dudas y desde el inicio salió a buscar el partido. El equipo apenas sufrió durante un pasaje del segundo tiempo cuando Tigre, obligado por el resultado y el contexto, tuvo otra intensidad. Ahí Agustín Rossi respondió y Sebastián Battaglia supo leer el cambio perfecto, haciendo ingresar a Juan Ramírez por Eduardo Salvio y pasando Óscar Romero a jugar como extremo. Con el paraguayo por la banda se apagó Facundo Colidio, el Xeneize emparejó de nuevo el desarrollo y Frank Fabra sentenció el partido a través de su golazo. 

Boca fue un justo campeón. Apenas perdió un partido en todo el torneo y logró vencer a todos los otros candidatos. El equipo supo romper con su irregularidad y terminó teniendo más momentos buenos que malos. Además, tuvo personalidad para adaptarse a los contextos desfavorable y aún así no ser derrotado. Battaglia supo reaccionar, sumó su segundo título en diez meses y ya dio muestras de una idea que todavía tiene un gran potencial de mejora.

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