Más allá de la obtención de la Copa Argentina en su último partido del año, en el imaginario general quedó instalado que River cerró un mal año. Porque no pudo arrebatarle el título local a Boca en el primer semestre, porque está muy lejos en la Superliga y, principalmente, por esa inexplicable y dolorosa eliminación en semifinales de la Copa Libertadores frente a Lanús. Sin embargo, esa apreciación no podría ser más injusta para con el equipo de Marcelo Gallardo: si este 2017 que se va tiene sabor a poco es porque el Millonario fue el mejor equipo del fútbol argentino a lo largo de estos 12 meses.
A quienes sólo miden la importancia de un equipo a partir de las tablas finales les resultará exagerada esta afirmación, pero reducir el balance completo de todo un año a 25 minutos fatales dentro de un mismo partido lo es mucho más. Es cierto que la imagen final que deja el conjunto de Núñez es algo gris, por una serie de rendimientos preocupantes que estuvieron directamente relacionados a aquella catástrofe futbolística contra el Granate, pero eso no puede borrar un primer semestre en el que River fue, claramente, el equipo más destacado del país y una segunda mitad del año en la que si bien bajó su nivel, tuvo algunos partidos con rendimientos altísimos, como el 8-0 contra Jorge Wilstermann, en la que probablemente haya sido su mejor actuación colectiva de 2017.
Los números también sirven para valorar lo hecho por el Millonario a lo largo de estos 12 meses: 2017 fue el año de mayor efectividad de todo el ciclo Gallardo, con un 63,8% de los puntos obtenidos. Y en eso mucho tuvo que ver un primer semestre en el que River no solamente fue el equipo que más puntos sacó en el campeonato local (34, contra 32 de Boca, que finalmente fue campeón), sino que en paralelo también se destacó en la fase de grupos de la Copa Libertadores, donde se clasificó a octavos de final con dos fechas de antelación. El andar arrollador en la Copa Argentina, en la que ganó sus seis partidos sin tener que recurrir nunca a los penales, también sobresale entre los hitos del año.
PS GoalPero, a pesar de su buen rendimiento, el conjunto de Núñez se quedó a las puertas de la gloria en sus dos torneos más importantes del año. Y eso se explica porque en los momentos más decisivos, al Muñeco le faltó recambio tanto para darles descanso a jugadores importantes que jugaban 90 minutos cada tres días como para conseguir soluciones desde el banco cuando en la cancha faltaban las respuestas. En definitiva, River fue el mejor equipo del año, pero en el más literal de los sentidos de la palabra: once titulares. Y muy pocos suplentes.