Ruben Uría Blog

Atlético de Madrid, "Día D": Respeto todo, miedo ninguno

Sir Alex Ferguson solía decir en tono solemne: “No me fío de los italianos. Se pasan la vida diciendo no podemos, no somos fuertes, lo tenemos difícil..y luego salen y te ganan. Cuando les veo comer spaghettis, miro debajo del plato para ver si hay algo extraño. No me fío de esa gente”. Diego Pablo Simeone tampoco se fía. Y si le ponen un plato de pasta, mirará debajo del plato. Y hará bien. Esta Juve es un equipo formidable, un proyecto programado, a base de una inversión económica brutal, para conquistar la Champions. Al mando de Allegri – un excepcional técnico- se apostarán, como francotiradores precisos, tipos como Pjanic, Chiellini, Bonucci, Cancelo, Dybala, Mandzukic o Matuidi, liderados por Cristiano, una de las bestias goleadoras más grandes de la historia de este deporte, cuyo gen ganador sólo está por debajo de Messi y de su propio ego, que es tamaño XXL. Hará bien Simeone en no fiarse. La estadística dice que en el 85% de las ocasiones, cuando un equipo llega con un 2-0 favorable en la ida, pasa. Los números dicen que el Atleti lleva cinco partidos seguidos con la portería a cero. Y de propina, revelan que el equipo del Cholo, en territorio Champions, deja virgen su meta en el 50% de los partidos que juega. Conclusión: el Atleti lleva ocho años siendo más duro que los clavos de un ataúd. Y a pesar de eso, hará muy bien en desconfiar del poderío de un rival que conquista Scudetti como quien da un paseo por el campo.

Cholo, cocinero antes que fraile, ha activado su plan habitual en la eliminatoria: pocas palabras, muchos hechos y aún más gestos. En la ida, victoria a puro huevo. En la vuelta, una declaración de intenciones: “Nosotros llevamos jugando este partido tres meses, otros llevan 20 días”. Cholismo en estado puro. Sabe que especular será morir y que marcar será un tesoro. Sin lateral zurdo puro – ni Lucas, ni Filipe-, tendrá que rellenar ese boquete. Sin el físico de Thomas, tendrá que tirar de la vieja guardia con Koke y/o Saúl. Y sin el poder de intimidación de Diego Costa, tendrá que afilar a Morata. Sin Copa y con la Liga cuesta arriba, porque con Messi ahí nadie profetiza un milagro, las opciones colchoneras pasan Turín. Es el día “D” y la hora “H”. El plan de choque será reconocible: partido a cara de perro, tropa en la trinchera, Oblak en el muro, Griezmann para poner la poesía y Morata para cobrar derechos de autor. Enfrente, la sempiterna Juve y su mito. Al otro lado del ring, el Atleti. Simeone mirará debajo del plato de pasta, pero tiene claro el espíritu para esta noche: Respeto, todo el del mundo. Miedo, ninguno.

Rubén Uría

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