Chile se impuso a Ecuador en Salvador, se clasificó a cuartos de Copa América, e incluso por encima de Eduardo Vargas y Alexis Sánchez alzó la figura de Charles Aránguiz como el futbolista más determinante en la ejecución de ocasiones de peligro. Por su pegada, por su sangre fría y por sus buenas decisiones.
Es que de las piernas del nacido en Puente Alto nacen los goles de La Roja. Tres contra Japón, y los dos vs. Ecuador. Principalmente, desde la banda. De hecho, contra Haití en el inicio del actual proceso copero, metió un centro que impactó Pablo Hernández en el horizontal con su cabeza. No es que Charles esté apelando a sus funciones del pasado (en Colo Colo era mediocampista por derecha), pero a la hora de definir su posicionamiento en función de ataque tiende a soltarse hacia la diestra desde la franja en la que Erick Pulgar auxilia, como sucesor de Marcelo Díaz y como primera alternativa de pase de los zagueros por el centro.
Fuenzalida anotó y fue sacrificado de los primeros
Sin ir más allá, al gol de Fuenzalida le da vida él, con una ejecución precisa desde la esquina que nadie pudo despejar. Era tan venenoso el centro que acabó quedándole al Chapa en posición de remate. Y el de Alexis nace por un saque lateral y un centro del de Bayer Leverkusen. La pelota hizo una curva y el 7 la hizo ver más fácil de lo que era.
Aránguiz evolucionó. Ya no es solamente un volante que en las Bundesliga inicia las jugadas de peligro, es el que en Chile genera la mayor cantidad de ellas (4 contra los ecuatorianos) y finaliza la mayoría. En su historial reciente lo avalan tres asistencias en Brasil, una presencia que marca diferencias en la franja derecha y en los córners y, cómo no, su solvencia característica del mediocentro que recorre el terreno completo, desde Arias hasta el que se muestre como centroforward.
