El tenso clima por el arbitraje de la final de la Europa League entre Sevilla y Roma, perdida por los giallorossi en los penaltis, aún no se ha desembarazado del todo, al contrario.
Ya desde las primeras horas del "día después" se difundieron en las redes las imágenes de José Mourinho furioso con el árbitro Anthony Taylor, definido como casi "español" y al que increpó en el aparcamiento del Puskas Arena. El día día después de la protesta de la final, Taylor se trasladó al aeropuerto.
A la llegada de Taylor para tomar su vuelo, los aficionados de la Roma se acercaron al árbitro inglés, insultándolo y arrojándole objetos.
Fue necesaria la intervención del servicio de seguridad del aeropuerto, que primero encerró a Taylor en una habitación y luego lo acompañó al embarque.
Escenas que derivadas del malestar de la afición de la Roma, que se sintió perjudicada en la final que perdió contra el Sevilla.




