Noche de pobres resultados para el fútbol colombiano en la Copa Libertadores con la eliminación de Junior ante un Santa Fe resignado fechas atrás y que redondeó América de Cali cayendo en La Nueva Olla con una imagen de equipo limitado ante la adversidad. Los vallecaucanos, al igual que el ‘Tiburón’, buscarán revancha en la Sudamericana.
Y ese cupo a la segunda copa más importante del continente lo terminó manteniendo gracias a que Atlético Mineiro dio buena cuenta de La Guaira, pues la derrota caleña en Asunción puso incluso en riesgo ese tercer lugar con el que había iniciado la jornada, ilusionado de poder avanzar en la Libertadores.
Lejos estuvo el Diablo de alcanzar el segundo lugar del grupo H, pues una vez más quedó en deuda con su fútbol, con poca entrega y motivación real por la victoria ante su rival directo -con quien perdió los dos partidos- y una actitud que González no pudo cambiar con las modificaciones pese a sus buenas intenciones.
La Libertadores le puso fin al semestre Escarlata con un fiel reflejo de lo que fue el 2021 del equipo y la institución: incertidumbre, inestabilidad y disminución del nivel de la plantilla, al punto de tener a Duván Vergara como suplente este martes y extrañar el liderazgo que Adrián Ramos entregó en el partido anterior ante La Guaira. Así como González intentó evitar lo inevitable en Paraguay, Tulio Gómez quiso darle otro rumbo al equipo con la salida de Cruz Real en un momento crítico de la temporada. La reacción fue tibia, insuficiente y previsible: manos vacías en Liga y Copa.
El reto ahora quedará en manos de Juan Carlos Osorio, técnico que sería oficializado en los próximos días y encargado de uno de los retos más difíciles de su extensa carrera, pues tendrá la presión de volver a encumbrar a uno de los más grandes del país para intentar dejar atrás el sonado fracaso con Atlético Nacional.
