260920 Arturo Vidal y D'Ambrosio Alexis Sánchez Inter FiorentinaMiguel Medina/Getty

Alexis y Arturo Vidal hacen ganar a un Inter que encamina Lautaro

A los 76 minutos de juego debutó Arturo Vidal por el Inter de Milán en su regreso a la Serie A, y 120 segundos más tarde ingresó Alexis Sánchez en la cancha del Giuseppe Meazza. El duelo estaba cuesta arriba, complicadísimo pese a la joya de Lautaro Martínez, y Antonio Conte se decidía por fin a hacer uso de aquellos 30 de sus 214 millones del banco de suplentes.

Resumen y estadísticas de Inter 4-3 Fiorentina

El Rey fue alternativa de Marcelo Brozovic y el Niño Maravilla de Ivan Perisic, por lo que en la primera sociedad entre ambos Sánchez centró mientrar el King arremetía de cabeza adelantándose cual centrodelantero. Justo antes del inicio de campaña del 7, el mediocampista había asistido a un Stefano Sensi hasta dejarlo en posición de remate, uno que detuvo Dragowski. Con claridad el dúo chileno fue requerido para solucionar un problema complicado: remontarle a un equipo que contó con un Ribéry brillante.

El calendario de Alexis y Arturo

Vidal entró a la par de Radja Nainggolan, y con su presencia de costumbre fueron dinamita contra Gaetano Castrovilli haciendo un sandwich del mediocentro Gigliati. Y el premio tuvo su lugar, y con sello de La Roja. Vidal, ya empoderado como primera salida, cedió para un tocopillano inspirado: pantalla con Lukaku, apertura del goleador histórico de Chile con Hakimi y el belga hizo el 3-3. Alexis tenía otra más guardada en el sombrero mágico cuando centró a gol para D'Ambrosio. Tras un córner, la puso en el área chica con un pase delicioso de diestra dedicado al defensor central, que pudo más que Vlahovic en las alturas.

Uno a uno, los debuts de Vidal en Europa

En apenas doce minutos y descuentos Sánchez aseguró los puntos con sus movimientos, su atrevimiento y su precisión en la zona ofensiva, que se encargó de organizar mientras Vidal impedía cualquier atisbo de peligro de un contrario que se fue herido, hecho inesperado antes de que los chilenos se hicieran cargo de ganar el partido que encaminó Lautaro.

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