Por primera vez desde que inició su participación en la actual edición de la Copa Libertadores, Racing jugará un partido sin la obligación de ganar. Hasta aquí, ni siquiera en la fase de grupos tuvo un lapso de tranquilidad la Academia, que hasta se vio en la necesidad de ir en busca de un resultado en la última fecha frente a Estudiantes de Mérida a pesar de estar clasificado. Y ni hablar en los octavos contra Flamengo, donde tenía que convertir sí o sí en el Maracaná por el 1-1 en el CIlindro. Pero ahora, tras el 1-0 sobre Boca en la ida de los cuartos de final, el conjunto de Sebastián Beccacece tiene el marcador a su favor y el entrenador deberá definir cómo afronta la revancha.
Esto es Boca: se acabó el tiempo para reencontrarse
En la ida, el técnico de Racing se impuso con claridad en el duelo táctico con Miguel Ángel Russo. Con la excepción de los últimos diez minutos del primer tiempo, en el Cilindro las condiciones las impuso el local, que ganó la pulseada en la mitad de la cancha gracias al muy buen trabajo sin pelota de Lorenzo Melgarejo (la indiscutida figura de la cancha) y Héctor Fértoli. Partiendo de extremos, ambos se cerraban a posición de internos y obligaban al retroceso de Nicolás Capaldo y Jorman Campuzano, que de esa manera dejaban espacios para que Matías Rojas y Leonel Miranda generasen juego, al tiempo que generaban el carril para las subidas de Eugenio Mena y Fabricio Domínguez.
Con la proyección constante de los laterales de Racing, Eduardo Salvio y, particularmente, Sebastián Villa, debieron tomar obligaciones defensivas que durante buena parte del encuentro dejaron aislados a Carlos Tevez y Edwin Cardona. Y cada vez que el Apache retrocedió para jugar en la zona media, Leonardo Sigali se encargó de perseguirlo y presionarlo para que no pudiera jugar con comodidad. Así, el Xeneize sólo pudo incomodar a su rival cuando pudo recuperar la pelota en salida: el equipo de Russo tiene una muy buena transición ofensiva y tiene la capacidad de generar situaciones de riesgo con mucha más facilidad que cualquier otro equipo del continente. A la Academia, en tanto, lo que más le cuesta es la finalización: el gol llegó en la mejor acción colectiva de la noche. Yasí, a pesar del dominio de la Academia, el ping pong fue favorable al visitante.
Ahora, con la ventaja mínima, a Beccacece se le abre un interrogante de cara al encuentro del próximo miércoles en La Bombonera. Una alternativa para el entrenador es buscar un planteo similar al que utilizó en la ida y defenderse con la pelota, con una formación parecida a la que utilizó en el Cilindro, a la que podría incorporarse un jugador con buena capacidad de ida y vuelta como Carlos Alcaraz. La cuestión es que en la revancha, a la Academia no le será tan sencillo manejar la pelota porque su rival estará obligado a buscar un gol.
La otra opción es entregarle el balón a su rival y buscar salir de contragolpe. Si bien Racing tiene nombres como para adaptarse a esa manera de jugar y podría lastimar con la velocidad de futbolistas como Benjamín Garré, Augusto Solari o Walter Montoya, no es una filosofía con la que se sienta cómodo: aun contra Flamengo, en una serie en la que por momentos fue dominado, el equipo de Beccacece intentó imponer sus condiciones y sólo se refugió después de ponerse en ventaja en Río de Janeiro. La ventaja de un planteo más conservador tiene que ver con el rival y sus circunstancias: Boca no es un conjunto que se sienta cómodo cuando lo obligan a proponer, sino que prefiere apostar a la explotación de errores.
La lectura del partido será fundamental para el conjunto de Avellaneda en el Alberto J. Armando. Por caso: si Russo sale a atacar, le devuelve la titularidad a Julio Buffarini y libera a Frank Fabra, la Academia podría hacer su negocio en las bandas y en lugar de cerrar los extremos, le convendrá abrirlos. Si Boca, en cambio, apuesta por ganar la pelota en la mitad de la cancha, Beccacece deberá sumarle ayuda a Rojas y Miranda, cuya capacidad de recuperación es menor que la de juego. Y la presencia de un delantero de área que fije a los centrales podría llevar a una zaga de dos hombres, para que el tercero se sume a la zona de volantes.
En definitiva, el DT de Racing tendrá una semana para analizar opciones y observar qué le conviene hacer en La Boca, imponer o responder.