El XI de Europa: Estêvão Willian enciende la pelea por el título, Bukayo Saka brilla y Hansi Flick defiende al Barcelona

Siempre se preveía un fin de semana complicado para el Liverpool. Los Reds llegaban tras dos derrotas consecutivas antes de enfrentar al Chelsea. Los Blues tenían sus propios problemas de lesiones, pero el equipo de Arne Slot había encontrado un rival duro. Una victoria habría sido un reinicio vital; una derrota, y bueno… bienvenidos a la crisis.

Tras 95 minutos, un empate parecía lo más probable: todos se irían a casa relativamente satisfechos.

Pero entonces una jugada brillante del Chelsea cambió el rumbo del partido. Enzo Fernández abrió para Marc Cucurella, quien centró al segundo palo. Allí apareció Estêvão, el joven brasileño que ha demostrado un talento enorme, aunque escaso remate final, para definir y desatar el éxtasis en Stamford Bridge. El Chelsea sigue siendo un equipo imperfecto. Y el Liverpool, sin duda, ya no lo es menos.

Un momento más sobre esos complicados Blues. La estrategia de fichajes del Chelsea se podría resumir así: comprar a todos. Y, a veces, lo hace bastante bien. Con tantos buenos futbolistas, las probabilidades de ganar partidos aumentan. Pero también surgen problemas.

¿El principal? La falta de experiencia. El resultado es un equipo frágil, que se resquebraja cuando la presión sube. Eso solo se aprende con el tiempo, partido tras partido. Esa victoria en el minuto 95 sobre el Liverpool podría ser un ejemplo perfecto de ello.

Estas son las estadísticas de Erling Haaland en la Premier League esta temporada: siete partidos, nueve goles y una asistencia.

Y, siendo sinceros, eso no hace justicia.

El Manchester City, una vez más, no convenció del todo el fin de semana. Les falta un poco de fluidez, quizás hasta algunas ideas claras en ataque. Pero al más puro estilo inglés, basta con “mandar al hombre grande al frente”. Haaland marcó su gol; el City no necesitó más. Victoria 1-0 y la carrera por el título sigue en marcha.

"El Arsenal es demasiado emocional para ganar la liga."

Esa ha sido la crítica a los Gunners durante los últimos tres años, tras acumular tres segundos puestos consecutivos. Se decía que este era un equipo incapaz de cruzar la línea de meta, demasiado frenético en los momentos clave. En términos deportivos estadounidenses: se ahogaban bajo presión.

Puede que eso siga siendo un riesgo este año, pero hasta ahora el Arsenal ha hecho prácticamente todo bien. Solo han recibido un gol de jugada abierta en toda la temporada, y lo demostraron con claridad en su victoria por 2-0 sobre el West Ham el fin de semana. Bukayo Saka está saludable, el equipo funciona… y sí, chicos, tenemos una carrera por el título.

Así que, Oliver Glasner probablemente será el próximo entrenador del Manchester United. Lo sabemos porque es un hombre interesante que ha superado expectativas en un club con recursos limitados. Además, utiliza el mismo sistema que el a menudo criticado Rúben Amorim. No es difícil sacar cuentas.

Pero aunque esto sea cierto, también está haciendo un trabajo sobresaliente donde está ahora. El Crystal Palace llevaba 19 (!!) partidos invicto hasta este fin de semana. No había manera de que el Everton pudiera terminar esa racha, ¿verdad?

Incorrecto. Un magnífico gol en tiempo de descuento de Jack Grealish dejó a las Águilas regresando a Londres con las manos vacías. Vaya manera de poner fin a una racha invicta.

España tiene esta extraña obsesión por arruinar carreras. En serio, La Roja es, con bastante comodidad, el mejor equipo nacional de Europa, pero parecen empeñados en debilitarse. ¿Su última hazaña? Abrir un conflicto público entre Hansi Flick y el Barcelona por Lamine Yamal.

El joven no estuvo disponible para los Blaugrana este fin de semana, y el Barça terminó siendo aplastado por el Sevilla. Flick afirmó más tarde que su equipo había jugado bastante bien… y la verdad es que no era cierto.

Y aquí viene la parte aterradora. Todos sabíamos que Vinícius Jr. volvería a recordar cómo jugar al fútbol; la pregunta era: ¿funcionaría junto a Kylian Mbappé? La semana pasada, todo salió mal: Los Blancos fueron derrotados 5-2 por el Atlético de Madrid.

Esta vez, sin embargo, fue magia pura. Recibieron al Villarreal, tercero en la tabla, y lograron que el brillantemente apodado "Submarino Amarillo" pareciera un equipo promedio. Vinicius anotó dos goles, y Mbappé asistió en uno de ellos. Parecen amigos. Uh oh.

Christian Pulisic, supuestamente en la mejor forma de su carrera y nuevamente envuelto en el debate de si es de “clase mundial”, demostró que poner etiquetas puede ser arriesgado. Falló apenas el segundo penalti de su carrera, enviando el balón por encima del arco contra la Juventus, en un momento difícil de realidad. El estadounidense seguramente se recuperará, pero esta actuación no fue precisamente memorable.

¿Es posible ser un futbolista por nepotismo? Claro, todos hemos visto al hijo del entrenador recibir una oportunidad en algún club. Pero, ¿qué pasa cuando simplemente estás relacionado con alguien mucho más talentoso? El PSG probó esto hace unos años con Ethan Mbappé, que no tiene el nivel de su hermano.

Fue cedido al Lille, coincidentemente, justo después de que Kylian se marchara. Y, en silencio, ha rendido bastante bien. Este fin de semana, anotó un gol tardío para empatar contra su antiguo club. La cámara no tardó en enfocarlo en las gradas, donde Kylian celebraba. Al menos, parece que la relación con su antiguo club está intacta.

Es bastante curioso cómo funciona a veces el mundo del fútbol. Un entrenador se va, otro llega, y las percepciones cambian. Rúben Amorim era considerado el genio táctico elegante cuando estaba en el Sporting. Ahora parece solo un hombre muy triste en el Manchester United.

En un cruel giro del destino, su antiguo club también ha tenido problemas en su ausencia. Perdieron a Victor Gyökeres ante el Arsenal durante el verano y han caído desde la cima de la Liga Portuguesa. No es exactamente una crisis, pero los tiempos son extraños en Lisboa… y aún más complicados en Manchester.

Erik Ten Hag estableció un récord poco deseado al abandonar el Bayer Leverkusen después de solo 62 días, el pasado 1 de septiembre. La situación se había vuelto insostenible: el equipo era inentrenable. Y, siendo justos, a veces simplemente las cosas no funcionan.

Lo que no se podía prever, sin embargo, fue el cambio radical tras su partida. Desde que Ten Hag se fue, Leverkusen ha rendido bastante bien. Tras vencer al Union Berlin este fin de semana, encadenan siete partidos invictos y se ubican en un sólido sexto lugar en la Bundesliga. Los tiempos, claramente, están cambiando.