Vinícius Júnior y Raphinha: el letal dúo brasileño que puede tomar las riendas de la Seleção y liderarla hacia la gloria en el Mundial 2026

Ronaldinho renunció a su apoyo a la Selección de Brasil antes de la Copa América del año pasado.

"Eso es todo, amigos, ya he tenido suficiente", publicó el icónico número 10 en su cuenta de Instagram. "Este es un momento triste para los que amamos el fútbol brasileño".

"Se está volviendo difícil encontrar el entusiasmo para ver los partidos. Este es quizás uno de los peores equipos de los últimos años, no tiene líderes respetables, solo jugadores promedio en su mayoría".

Estas palabras, provenientes de una leyenda viviente, devastaron al equipo de Dorival, cuyos miembros habían crecido idolatrando a Ronaldinho.

Lamentablemente, los jugadores no lograron demostrar lo contrario durante una desastrosa campaña en la Copa. Tras ganar solo un partido de la fase de grupos, contra Paraguay, una Seleção sin Neymar, quien estaba lesionado, fue eliminada por penales en los cuartos de final después de un pobre empate sin goles ante Uruguay.

Vinícius asumió gran parte de la responsabilidad por el desastre de Brasil en la Copa América y fue el primero en admitir que su contribución a la vergonzosa eliminación temprana del equipo nacional fue un factor clave.

En el Mundial de 2022 en Qatar, se vio obligado a mirar impotente desde el banco mientras la Seleção sufría una desgarradora derrota por penales ante Croacia, después de haber sido reemplazado tras 66 minutos ineficaces en el Estadio Ciudad de la Educación.

La situación se repitió el verano pasado, pero esta vez quedó fuera de todo el partido después de recibir una tarjeta amarilla que lo dejó fuera del enfrentamiento contra Uruguay en Nevada.

"La Copa América ha terminado, es momento de reflexionar y aprender a lidiar con la derrota", escribió en redes sociales. "El sentimiento de frustración vuelve, y de nuevo en los penales.

"Recibí dos tarjetas amarillas [en la fase de grupos] y vi la eliminación desde fuera otra vez, pero esta vez es mi culpa. Me disculpo por ello."

Vinícius no lo sabía en ese momento, pero su decepcionante Copa América acabó costándole el Balón de Oro que creía tener asegurado tras su destacado papel en la Champions League 2023-24 con el Real Madrid, lo que provocó una rabieta que pasó a la historia como una de las más patéticas.

Para ser justos, muchos de sus compatriotas se indignaron por el desaire (aunque Rodri fue un ganador más que digno del prestigioso galardón), pero un número significativo también fue rápido en reconocer que Vinícius no había logrado replicar su forma de club a nivel internacional.

Claro que hubo factores atenuantes.

Jugar en la misma posición de extremo izquierdo que Neymar no ayudó en absoluto. Incluso cuando el máximo goleador histórico de Brasil fue reubicado en un rol más central como número 10, la dupla nunca logró hacer clic, en parte debido a la tendencia de Neymar a desplazarse instintivamente hacia su banda favorita.

También hay que reconocer que Ronaldinho tenía razón al señalar la calidad del actual grupo de jugadores. Definitivamente, no estamos en una era dorada para el país más exitoso en la historia de la Copa del Mundo, ya que Brasil solo ha llegado a semifinales una vez en los últimos 23 años, y en esa ocasión fueron humillados en casa por Alemania.

La Seleção ganó la Copa América en 2019, pero Vinícius no fue convocado y fue suplente en la dolorosa derrota ante Argentina en la final de 2021 en el Maracaná. Desde entonces, ha sido titular regular, pero generalmente ha tenido dificultades para imponerse en los partidos como se esperaría de uno de los mejores talentos del mundo.

Este es un problema en sí mismo. La amenaza que representa Vinicius, sumada a la falta de calidad genuina a su alrededor, ha dado valor a los oponentes, quienes no dudan en poner a más de tres o cuatro jugadores a marcarlo.

"Cada vez que entro al campo con la selección, tengo tres o cuatro jugadores marcándome", se quejaba el delantero tras una desastrosa actuación en el empate 0-0 contra Costa Rica en la Copa América del año pasado.

Al final del día, seis goles y cinco asistencias en 38 apariciones internacionales es un rendimiento innegablemente pobre para Vinicius, especialmente si se considera que Raphinha ya ha superado ambas cifras en menos partidos. Este último también demuestra una clase de cualidades de liderazgo que aún no hemos visto del primero.

Obviamente, la edad juega un papel importante. Raphinha es cuatro años mayor que Vinícius y se le considera un talento tardío. De hecho, fue Vinícius quien ayudó a Raphinha a adaptarse cuando se unió al equipo nacional por primera vez.

El jugador de 28 años nunca ha tenido que lidiar con la misma carga de expectativas que su joven compañero, quien fue señalado como una futura superestrella mucho antes de mudarse a Madrid a los 16 años. Esa es la presión con la que solo unos pocos futbolistas pueden identificarse.

Raphinha también ha señalado que ni siquiera él puede comprender la tensión mental que supone enfrentar abusos racistas casi a diario en España, algo que ha afectado profundamente a Vinícius, quien ha tenido que hacer frente casi sin apoyo a las autoridades de LaLiga, mientras se dedica a su trabajo en el exigente entorno del Santiago Bernabéu.

"No sabemos lo que pasó en su infancia. No sabemos las cosas que escuchó cuando era pequeño", dijo Raphinha, respondiendo a las críticas sobre la conducta de Vinícius en el campo (simulaciones, provocaciones a los oponentes, marrullerías, etc.). "Estas cosas llevan a las personas al límite y eso le molesta mucho."

"Vinícius es un chico muy sonriente, siempre está haciendo bromas. El único problema que realmente le molesta es esto, entiendo su enojo. Pero no estoy en su situación, así que no puedo decirle lo que haría [en su lugar]."

Raphinha continuó en una entrevista con RAC1: "Nos llevamos muy bien, y yo también hablo a menudo con él, diciéndole que no es necesario hacer algunas cosas que hace en el campo, pero lo entiendo. Cada persona es diferente, él es así y creo que eso le da confianza para actuar de esa manera en el campo."

"Por ejemplo, Gavi en el campo, en mi opinión, está loco, es muy molesto. Pero fuera del campo es una persona increíble, amorosa, cariñosa… Vinícius es igual."

"Sin embargo, es difícil convencer a la gente de que es así cuando lo ven de una manera distinta en el campo. Solo si vives momentos con él entenderás lo que quiero decir."

Sin embargo, lo que Raphinha está haciendo es establecer un excelente ejemplo para que Vinícius lo siga desde una perspectiva deportiva.

El exjugador del Leeds United es posiblemente el mejor jugador del mundo en este momento, el claro favorito para ganar el Balón de Oro que le fue esquivo a Vinicius el año pasado, porque está jugando con una mezcla de calidad y carácter que pocos pueden igualar.

Hace menos de un año, Raphinha parecía estar en camino de salir del Barcelona, después de no cumplir las expectativas desde su llegada en 2022 desde Leeds. Ahora, gracias a la forma en que luchó con éxito para quedarse en Cataluña, se ha convertido en una de las figuras más respetadas del club y, probablemente, en su jugador más influyente, lo cual no es poca cosa en un equipo titular que cuenta con figuras como Lamine Yamal y Pedri.

Además, se está volviendo igual de importante para Brasil, y por consecuencia, para Vinícius, quien ofreció posiblemente su actuación más completa hasta la fecha con la Seleção en la victoria 2-1 sobre Colombia.

Vinícius ganó el penalti al minuto seis, convertido por Raphinha, después de ser liberado al espacio por un pase preciso del jugador de 28 años. También fue Raphinha quien encontró a Vinícius en la banda izquierda, antes de que el exprodigio del Flamengo recortara hacia adentro y anotara con un disparo de larga distancia que tocó a Jefferson Lerma en su camino.

Obviamente, hubo un gran elemento de suerte en el gol, pero significó mucho para Vinícius, comprensiblemente.

"Este fue un gol muy importante porque merecíamos ganar", dijo con cierto grado de justificación, a pesar de la irregular actuación de Brasil en el Estadio Mané Garrincha. "También merecía este gol por todo el trabajo que he realizado. Fue un poco de felicidad, pero también un poco de alivio."

La presión sobre Vinícius no disminuirá repentinamente, por supuesto. Se le exigirán actuaciones más decisivas, comenzando con el viaje del martes a Buenos Aires. Pero su alentadora actuación contra Colombia podría convertirse en un punto de inflexión. Ciertamente, necesita serlo en lo que respecta a Brasil.

Aunque están segundos en la clasificación sudamericana y no han perdido en sus últimos cinco clasificatorios, sus actuaciones han sido, en su mayoría, terriblemente poco convincentes. Sigue habiendo una clara falta de cohesión y equilibrio en el equipo, especialmente en el ataque, donde la Selecao sufre de una grave carencia de un 9 de élite. Es comprensible que Endrick aún no esté listo para liderar la línea.

Es imperativo, entonces, que "el nuevo Neymar" finalmente comience a dar el paso al frente por su país, especialmente porque el viejo sigue lidiando con problemas de lesiones. Sin embargo, no tendrá que hacerlo solo.

Raphinha, quien ha brillado como capitán suplente del Barça esta temporada, está en la forma de su vida y, si la Selecao gana la Copa del Mundo en 2026, no sería en absoluto sorprendente que fuera un giro del letal pie izquierdo del exdelantero del Leeds el que traiga el trofeo de regreso a Brasil.

No se puede escapar del hecho de que Vinicius será el foco de atención de los fanáticos, el chico de los carteles que se espera que lleve las esperanzas de 200,000 personas en Estados Unidos en 2026. Eso es, obviamente, una carga tremenda para soportar, pero es un desafío al que Vini es más que capaz de enfrentarse, siempre y cuando su buen amigo Raphinha siga empujándolo en la dirección correcta, por supuesto.