En la Copa Mundial de la FIFA 2014, James Rodríguez emergió como la próxima gran superestrella del fútbol mundial. Autor del gol de una generación (una volea estupenda contra Uruguay que le valió el premio al Gol del Torneo), Rodríguez se ganó los corazones de muchos con sus brillantes habilidades en Brasil.
Sus actuaciones destacadas le valieron un traspaso muy caro del AS Monaco al Real Madrid, que venía de ganar la Liga de Campeones, poco después del torneo de selecciones. Tras su estancia en la capital española, siguieron temporadas en Alemania, Inglaterra, Qatar y Grecia.
¿Ahora? Ha cerrado el círculo y ha vuelto al lugar donde su carrera realmente comenzó durante esa Copa del Mundo: en Brasil, con el poderoso Sao Paulo.
De nuevo como capitán de su selección nacional, Rodríguez es el rostro de Colombia, su líder y el más experimentado del conjunto cafetero. Y en lo que puede ser su última Copa América, está dejando todo en la cancha para intentar levantar su primer trofeo con la selección nacional.
GOAL analiza cómo el niño de oro de una generación, que ahora tiene 32 años, vuelve a jugar a su mejor nivel.