El fallo establece que cuando se trata de posibles nuevas competiciones, tanto la FIFA como la UEFA deben garantizar que sus poderes sean "transparentes, objetivos, no discriminatorios y proporcionados".
El TJUE añadió: "Sin embargo, los poderes de la FIFA y la UEFA no están sujetos a ningún criterio de este tipo. Por lo tanto, la FIFA y la UEFA abusan de una posición dominante. Además, dada su naturaleza arbitraria, sus normas de aprobación, control y sanciones deben considerarse restricciones injustificadas a la libre prestación de servicios".
"Eso no significa que una competición como el proyecto de la Superliga deba ser necesariamente aprobada. El Tribunal no se pronuncia sobre ese proyecto concreto en su sentencia".