Las negociaciones de contrato entre el Barcelona y Raphinha siguen en las primeras etapas, pero ya están surgiendo diferencias clave. El club está ofreciendo una extensión de uno más uno, cauteloso de los acuerdos a largo plazo pasados que tensaron las finanzas. Sin embargo, el exjugador del Leeds está presionando por dos años garantizados. El salario es otro punto de fricción, con el entorno del brasileño presionando por mejores condiciones. A pesar de la brecha, se han iniciado conversaciones con la esperanza de evitar futuras complicaciones. Una área de consenso parece ser la cláusula de rescisión, que se establecería en alrededor de €80 millones (£68m/$90m), una cifra que ambas partes consideran justa, en caso de que se desee una separación mutua en el futuro.