Si hace un año decían que Martín Demichelis reemplazaría a Marcelo Gallardo en el banco de River y saldría campeón del torneo, ganando el Superclásico, no muchos lo hubieran creído. El entrenador mantuvo un estilo de juego agresivo durante su primera competición, a la que lideró casi de punta a punta, pero poco a poco se fue desinflando.
Luego de una eliminación "temprana" en los Octavos de Final de la Copa Libertadores y de tropezar en cada encuentro de visitante por la Copa de la Liga, la euforia por Micho empezó a mermar entre los hinchas. Pero hubo un evento en particular que lo puso en el ojo de la tormenta: el famoso "off" con periodistas en el que emitió opiniones personales sobre sus futbolistas. A los resultados adversos fuera de casa se le sumaba un conflicto interno por una actitud poco responsable de una de las partes.
Pasado el careo entre jugadores y la cabeza del cuerpo técnico, el equipo no perdió fuera de casa (empate vs Banfield) ahora le toca ir a la Bombonera el 1 de octubre a las 14 horas y Demichelis, y parte del plantel, saben que una derrota encrudecería el reclamo de los hinchas.
En GOAL analizamos por qué este Superclásico no es uno más para River, su entrenador y sus referentes.
