Sorg ya ha dirigido varias sesiones en solitario cuando Flick ha estado ausente por compromisos institucionales o cuestiones médicas, pero el Clásico representa un desafío completamente distinto. “Es un honor y una gran responsabilidad estar al frente en un partido así”, declaró el propio Sorg en la rueda de prensa previa. “Nuestro plan no cambia: el equipo está preparado y Hansi ha dejado todo perfectamente organizado”. El entrenador interino contará con comunicación directa con Flick durante el partido, aunque el reglamento limita la interacción desde el palco. El cuerpo técnico confía en que la estructura táctica se mantenga: presión alta, recuperación rápida y salida limpia desde el fondo.
El Clásico llega en un momento clave para el Barcelona, que busca consolidarse en los primeros puestos de LaLiga y medir el verdadero alcance del proyecto Flick. La ausencia del técnico principal añade un componente de incertidumbre, aunque en el club aseguran que el grupo ha respondido con profesionalismo. “Sorg conoce perfectamente la idea y al plantel”, señalaron desde la dirección deportiva. “No habrá improvisaciones”.
Para Marcus Sorg, el partido será mucho más que una sustitución temporal: será la oportunidad de demostrar que su perfil discreto encierra una gran capacidad de liderazgo. En un banquillo donde cada gesto cuenta y cada decisión se mide con lupa, el alemán tendrá la tarea de mantener la calma y ejecutar el plan de Flick con precisión quirúrgica.
La mirada del mundo estará en el Bernabéu, y aunque Hansi Flick no esté físicamente en la línea de banda, su sello estará presente en cada movimiento del Barcelona. Marcus Sorg, el hombre que suele trabajar en las sombras, tendrá por una noche todos los focos sobre él.