España volverá a participar del torneo masculino olímpico de fútbol luego de 12 años, con la ilusión de repetir la hazaña de 1992. En aquellos Juegos de Barcelona, la Roja ganó su única medalla dorada en la disciplina hasta la fecha gracias a un grupo de chavales que marcaron huella.
No eran tiempos sencillos aquellos para el fútbol español. Tras la dolorosa eliminación en octavos de final del Mundial de Italia 1990, la selección había fracasado en su intento por clasificarse para la Eurocopa de Suecia -que finalizó un mes antes del inicio de la cita olímpica-, por lo que la presión sobre el equipo de Vicente Miera era mucha. Especialmente porque los Juegos Olímpicos eran en casa y la última experiencia similar, la Copa del Mundo 1982, también había sido traumática.
Aquel certamen de Barcelona sería el primero en el que se permitiría la participación de futbolistas profesionales, gracias a un acuerdo entre el COI y la FIFA que derivó en la reglamentación, todavía vigente, que limita las convocatorias únicamente a jugadores Sub-23 (la posibilidad de llevar a tres mayores se habilitó cuatro años más tarde, en Atlanta 1996). Y esta nueva normativa permitió a Miera armar un equipo lleno de talento, que ganó el torneo de punta a punta, con pleno de victorias, 14 goles a favor y sólo dos encajados.
España inició su participación con una goleada 4-0 sobre Colombia que sirvió como carta de intenciones y luego venció 2-0 tanto a Egipto como a Qatar para finalizar en el primer lugar del Grupo B. En cuartos tocaría la Italia de Dino Baggio y Demetrio Albertini: victoria 1-0 con un solitario gol de Kiko. Tras vencer 2-0 a Ghana sin mayores problemas, llegaría el momento de la verdad: el 8 de agosto, ante 95 mil espectadores que colmaron el Camp Nou, la Roja venció 3-2 a Polonia y se quedó con el título y el Oro.
32 años después, el equipo de Santi Denia quiere emular aquella gesta. Pero, ¿qué fue de los campeones olímpicos de 1992? GOAL va tras los pasos de los integrantes de aquella plantilla histórica.